Créame es verdad y estoy tan sorprendido como usted. Luego de ese reencuentro con Williams en Goodwood, Juan Pablo Montoya sigue invadido por la nostalgia y el “bichito” de competir; qué mejor momento para regresar a NASCAR entonces. Porque podrá envejecer, pero los pilotos como Montoya siempre tendrán ese impulso de competir y divertirse.
Y lo hará con el equipo que menos se esperaba, 23XI Racing o Twenty Three Eleven Racing. Si le suena de algún lado es porque este equipo es copropiedad de Michael Jordan, ese mismo que usted piensa. Jordan formó 23XI junto a Denny Hamlin, amigo del exbasquetbolista y piloto de NASCAR quién, en su momento, también era un novato cuando Montoya entró a la categoría hacia 2007. Qué tiempos aquellos.
Tiquete dorado para volver a NASCAR
Pues bien, este equipo tiene una particularidad y es tener un tercer auto que preparan para ciertas carreras. En esencia es un “equipo para estrellas” que quieran volver por un par de carreras a NASCAR, ahora que tiene cinco circuitos en su calendario, así que quién mejor que Montoya para exprimir ese potencial en las pistas donde es especialista. No por nada sus dos triunfos en Cup Series llegaron en estos circuitos.
Ya Kamui Kobayashi pasó por este auto al igual que Travis Pastrana y este año porta el número 50, en honor a los 50 años del patrocinador Mobil 1. Dato curioso: Montoya es de los pocos pilotos en NASCAR que pilotó para cuatro marcas: Dodge y Chevrolet (con Ganassi), Ford (con Penske) y ahora Toyota con 23XI Racing.
Todo un reto en una pista con historia
De forma apropiada, el colombiano regresará al lugar de su último triunfo en NASCAR, el circuito permanente de Watkins Glen. Allí venció de forma dominante en 2010 y, aunque estuvo tan cerca de repetir allí y en otros óvalos, esa elusiva tercera victoria no fue. Tal vez si los astros se alinean en esta ocasión.
Montoya tendrá otro reto y es el de encontrar un auto completamente distinto al último que pilotó. Es la séptima generación (Next Gen) de NASCAR, que abandonan la suspensión de ejes rígidos, las llantas más pequeñas y la aerodinámica simple por difusores, suspensión independiente, transmisión secuencial y mucho más agarre. Prácticamente un GT3 para óvalos.
Aun así, Montoya se siente listo para el reto y dice que “tiene confianza en que puede ser competitivo”, aunque por encima de todo busca divertirse y pasarla bien en pista. Como dije, Watkins Glen fue una pista que le dio muchos éxitos, además Montoya es alguien que supo ganar en todos los autos que pilotó, incluso a sus 48 años y 10 años después de su última carrera de NASCAR. Eso y que contará con el apoyo oficial de Toyota, ya que 23XI no es un equipo cualquiera en la categoría.
Así como los viejos tiempos
¿Sabe algo? Esto me trae nostalgia, evocar esos tiempos en los que se apoyaba a Montoya en NASCAR, cuando tuvo chances de ganar un título en 2009 o esas ocasiones en las que casi triunfa en Indianápolis o Dover.
Si se quiere programar, la carrera de Watkins Glen es el próximo 15 de septiembre a las 2 pm hora colombiana. Además de los regulares de la categoría, Montoya se medirá el aceite con dos especialistas en circuitos, A.J. Allmendinger y el neozelandés Shane Van Gisbergen, quien ya sabe qué es ganar en un circuito en NASCAR.
