Ser un auto de carreras no es un sueño como otros creerían. Es una vida donde muchas veces el equipo y piloto se llevan el crédito, en el cual el trabajo de un auto rápido y fiable pasa más o menos desapercibido. También es una vida dura, de choques inoportunos, contactos, componentes llevados al límite y un retiro no tan ceremonioso de la vida pública. Solo una fracción de los autos de carrera termina en museos, usualmente los importantes o más exitosos. En ese sentido, este Porsche 911 GT3 R que compitió en el DTM tuvo más suerte que otros autos de carrera.
Hay que decir que este auto de carreras en particular tuvo un par de ventajas a su favor para ser preservado para la posteridad. La primera es que es el primer Porsche de la historia en ganar una carrera en el DTM, y en general este 911 GT3 R tuvo un notable desempeño en la temporada 2022. Lo segundo es que Porsche es sentimental, y cualquier excusa para restaurar uno de sus autos de competencia es como un reto para ellos.
Arreglado para la posteridad
Fue el 2 de julio de 2022 el día en que el austriaco Thomas Preining logró la primera victoria de Porsche en el DTM al mando de este 911 GT3 R identificado con el número 24. Lo hizo en el complicado circuito de Norisring, un trazado callejero conocido por sus curvas cerradas y rectas de alta velocidad, y que lleva años siendo parte del calendario de DTM.
Porsche quiso hacer algo especial y junto al piloto Timo Bernhard (embajador también de la marca) decidieron restaurar el 911. Ello implicaba no solo dejarlo como el día que abandonó la fábrica, sino también en el mismo estado en el momento que obtuvo esa victoria en el Norisring.
El 911 se sometió a una actualización rutinaria para dejarlo en excelente estado, antes de su viaje final al museo de Porsche en Stuttgart. Allí se codeará con todos los autos legendarios de Porsche en las pistas, como el 956 y 962 ganadores en Le Mans, el 959 (o 961) que ganó en el Dakar, y muchos más. Como le dijimos al principio, rara vez a los autos de carrera se les permite ese lujo de ser preservados para la posteridad. Muchos cambian de manos a lo largo de las temporadas hasta que ya no son competitivos, otros son un fracaso en pista o encuentran su final en un fuerte incidente. Pero para este 911, la providencia tenía otros planes.