A la gente de Wolfsburgo les encantan los motores en W, tal vez es por la primera letra de su nombre. Entre tantos experimentos que hizo Volkswagen con diferentes motores como un VR5 y VR6, al igual que el fallido W18 de Bugatti hay un propulsor que se destaca por su rareza. Aún más peculiar es el hecho que existen un par de ejemplares por allí regados. Le hablamos del mítico motor W10 de Volkswagen, del cual un ejemplar funcional existe y reside en el frente de un BMW M5 E39.
¿Acaso Volkswagen y BMW tuvieron una alianza? No realmente. La historia del motor W10 de Volkswagen y su consecuente aparición en un BMW M5 es obra de nuestros colegas de The Drive, quienes desenterraron esta historia. Todo comenzó con algo de curiosidad por parte de uno de sus editores, alimentada por la aparición sorpresa en redes sociales del bloque de uno de esos supuestos W10 que la marca exploró y que se creían destruidos. Nadie se imaginaba la pequeña Caja de Pandora que desataría ese hallazgo.
Los alemanes y sus motores raros
La idea de un motor W10 nació cuando Volkswagen creó sus primeros motores VR. Estos últimos son en esencia un motor en V y uno en línea fusionados, con un banco de cinco o seis cilindros ubicados en un mismo bloque en un ángulo de separación de 15°. Por lo general un V6 tiene una configuración de 60 a 90°, de ahí su forma en V.
El siguiente paso, naturalmente, era tomar dos bloques VR y unirlos para crear un motor en doble V o W, como lo conocemos hoy en día. Los más famosos fueron el W12 que el Grupo Volkswagen empleó desde el Bentley Continental hasta el Audi A8 y Volkswagen Phaeton; dos modelos que también ofrecieron un compacto motor W8. Y cómo olvidar al W16 de Bugatti, poseedor de récords y leyendas gracias al Veyron y Chiron.
Entre todos estos desarrollos, un grupo de ingenieros de Volkswagen decidieron tomar el motor VR5 que ya usaban algunos modelos y crear un bloque W10. Era un paso natural a seguir, considerando que un W12 son dos bloques VR6 unidos con sueños y proezas alemanas. El problema era que el VR5 por sí solo era bastante complejo y no tan poderoso para justificar su diseño.
Desarrollo secreto hasta para Volkswagen
En documentos oficiales como este Volkswagen concede que el W10 puede ser una posibilidad digna de explorar. Muy posiblemente sería otro motor para el fallido Phaeton de lujo, y supuestamente prototipos existieron pero la marca los destruyó todos. Menos uno, que emergió en el Instagram de un mecánico alemán que deseaba saber más sobre el peculiar bloque W10 que estaba ante sus ojos.
Aparentemente un cliente de Volkswagen adquirió el motor de alguien que evitó que la marca lo destruyera. Y terminó en manos de un mecánico que The Drive consultó, quien admite que no hay casi ninguna información sobre este en la red.
El W10 vive… en el frente de un Bimmer
Todo eso cambió cuando de la cuerda más alta cayó una bomba. ¿Dijimos que solo quedaba uno? Pues mentimos. Un concesionario belga emergió con un BMW M5 E39 motivado por un segundo motor Volkswagen W10, posiblemente el único de tres prototipos funcionales que sobrevivieron esa purga de la marca. Aparentemente era uno de los autos personales de Ferdinand Piëch, quien adoraba esa quimera alemana en forma de sedán.
Lo mejor es que ese prototipo está a la venta, perfecto para algún afortunado coleccionista. ¿Por qué terminó el motor W10 de Volkswagen en un BMW M5? Era uno de los pocos autos de la época que se adaptaron perfectamente al motor, ideal para probarlo de forma discreta sin levantar sospecha. Aparentemente produce 500 caballos de potencia y 550 Nm de torque, números equivalentes al siguiente M5 (E60) que empleaba un V10 más convencional.
Volkswagen aún no se pronuncia al respecto, pero tanto el bloque misterioso como el BMW M5 prueban la existencia del W10. Cómo escaparon estos dos al olvido nadie sabe, pero lo cierto es que la marca alemana creó y probó un W10 funcional, pero por alguna razón decidió abandonar el proyecto. Probablemente el pobre desempeño en ventas del Phaeton y recesiones económicas hicieron que la marca lo pensara dos veces y se concentrara en lo que ya tenía. Aun así, es un fascinante capítulo en los libros de la historia automotriz.