Por estos días la noticia de un Nissan Skyline reinventado como un crossover nos llevó a pensar varias cosas. Entre ellas separar el nombre Skyline del GT-R, porque si usted no lo sabe el primero pertenece a una serie nada memorable de sedanes y coupés de media gama. Fue la insignia GT-R que le dio fama en Japón, y luego nuestra generación de videojuegos (gracias Gran Turismo) elevó a ese deportivo JDM al Valhalla automotriz. No obstante, sí existe un par de Nissan Skyline de 4 puertas muy notables, y una de ellas es esta: el GT-R Autech 40 aniversario.
Es cierto que el Skyline es un sedán más en Japón. De hecho, en Occidente lo conocemos como el Infiniti Q50, y antes del GT-R actual eran los Infiniti Q35 y Q37 que ponían algo de diversión en el portafolio de Nissan. También es verdad que hay más Skyline mundanos que GT-Rs en el mundo, pero esa reputación se pegó a los modelos normales. Al punto que muchos elevan un Skyline base con 130 o 150 hp por mucho solo por ser pariente del GT-R.
El Skyline que pudo retar al BMW M5
Ese no es el caso del Autech 40 aniversario, un Nissan Skyline GT-R R33 estirado literalmente. Autech era un preparador que trabajaba muy de cerca con Nissan antes de fusionarse con NISMO en años recientes. Los más gomosos de Gran Turismo reconocerán el nombre por varias ediciones especiales de Nissan “noventeros”, como la Stagea 260RS o un Silvia (240SX) convertible. Y cómo olvidar esa curiosa alianza con Zagato.
Para celebrar los 40 años del Skyline como tal Nissan le encargó a Autech la creación de algo especial, y ellos decidieron hacerlo con el Skyline de 4 puertas. ¿Por qué? El Skyline GT-R original se ofreció como coupé y sedán, así que era más que apropiado. Además ya tenían un antecedente, modificando al Skyline R32 sedán pero sin partes del GT-R.
Las modificaciones no son particularmente impresionantes por virtud que un Skyline R33 de dos puertas era muy similar al sedán. Autech solo necesitaba tomar todos los componentes que hacían al GT-R especial, como el motor twin turbo RB26DETT, la tracción en las 4 ruedas el sistema ATTESA, transmisión manual de mayor desempeño y diferencial tipo LSD para trasplantarlos en un Skyline sedán.
Estéticamente es bastante sutil y casi pasa desapercibido. Parece como si alguien hubiese tomado un Skyline normal y hubiese estampado logos GT-R falsos en el frente y atrás. Eso es más o menos lo que ocurrió, solo que por debajo sí tiene partes de un GT-R de verdad. Como esos rines en aleación de aluminio de 17″, pasos de rueda ensanchados para acomodar el sistema de tracción y dirección en las 4 ruedas y un interior con sillas tipo cubo con insertos morados. Este último detalle exclusivo del Skyline GT-R por Autech, ya que los otros GT-R poseían acentos rojos.
Un GT-R hecho y derecho con espacio para cinco
Presentado en el Salón de Tokio de 1997, el Nissan Skyline GT-R Autech 40 aniversario de 4 puertas entró en producción al siguiente año y fue recibido con mucho entusiasmo. Se planearon 400 unidades nada más, pero Autech terminó ensamblando 416 ejemplares por demanda popular, con tres colores a elegir: plata sónica, blanco o el legendario midnight purple.
En esencia lo que hizo Autech fue crear un rival para el BMW M5 y Mercedes-Benz E55 AMG de la época, pero fuera de esta serie limitada la idea de un GT-R sedán nunca despegó de nuevo. Con 276 hp, o más de 300 si cree en las leyendas, este GT-R sedán era todo menos lento para su época. En retrospectiva el GT-R Sedán pudo funcionar, pero el hecho de ser limitado cimentó su leyenda. Lo que hizo Autech fue preservar el misticismo y aura únicas que envuelven a este GT-R para gustos exigentes. Reflejo de ello era la ausencia del clásico alerón del Skyline GT-R, para darle un aspecto más limpio y refinado. Elemento reforzado en su interior gracias a muchos acabados en cuero para el volante y palanca de cambios.
Sin embargo ese no es el final de la historia. Sin duda alguna el Nissan Skyline GT-R Autech de 4 puertas es uno de los modelos más codiciados de toda la familia GT-R. Me atrevo a decir que mucho más que las series limitadas del GT-R R34 como el V-Spec Nür; y a la par del modelo Z-Tune, cualquiera que haya tocado Paul Walker o el segundo GT-R apodado Kennmeri, del cual existen poco más de 300 ejemplares.
La bestia amarilla
Hay un Skyline mucho más legendario que es descendiente de esta creación de Autech. Por la misma época NISMO decidió crear el GT-R para acabar con todos los GT-R, y de paso celebrar su historia. Era el NISMO 400R, el Skyline GT-R más brutal de toda la historia y no pienso discutirlo. Un verdadero Godzilla con 394 hp, motor RB26 cuyo desplazamiento fue aumentado a 2.8 litros y fue reforzado con mejor sistema de refrigeración, aceite, inducción, escape, turbos, en fin. Hasta la transmisión era mucho más robusta, y era el único GT-R capaz de completar el 0-100 km/h en 4 segundos o menos. ¡Todo eso en 1996!
NISMO logró producir apenas 44 ejemplares del 400R, de los 100 que tenían planeados. ¿Por qué es relevante eso? Porque uno de ellos fue un Skyline GT-R sedán. Luciendo un color amarillo electrizante, este R33 Autech “tuned by NISMO” es EL SKYLINE más icónico y legendario entre todos los Skylines y punto. En una tierra de Godzillas y otras leyendas, este NISMO 400R Sedán es un mítico unicornio irrepetible.
La única diferencia era que su motor lleno de esteroides fue “restringido” ligeramente. Aun así este agresivo sedán amarillo tenía 380 hp de su lado y todos los juguetes de un Skyline GT-R, junto a las mejoras en inducción, suspensión, frenos y transmisión de NISMO. Ah, y este sí lucía el alerón que le faltaba al Autech “light”. Volviendo a la tesis que exploramos al inicio, es cierto que muchos Skyline son sedanes o coupés mundanos, muchos de ellos sufriendo el inclemente paso de los años. Pero la existencia de unos pocos ejemplares como estos de forma irrefutable hicieron que el nombre Skyline fuera tema de leyendas.
Tal vez muchos Skyline son autos demasiado comunes, pero en 1998 Nissan permitió que Autech y NISMO dieran rienda suelta a su creatividad, elevando de forma definitiva la imagen de un Skyline Sedán. En un tiempo en el que Nissan aún era una compañía divertida, tuvieron en sus manos un rival para destronar a esos poderosos sedanes germanos. Que no dejaron que tuviera rienda suelta es porque no quisieron, no porque no pudiesen.