He aquí el regreso del Subaru Baja, del sedán-utilitario con cama o platón de carga y no es de origen japonés. No, los checos son responsables de esta creación, que quisiéramos llegará a producción. Es cierto, el público en general quizá no adoptaría en masa un modelo tan específico, pero nos alegra que Škoda nos dé un vistazo de qué ocurriría sí ofrecieran un Superb pickup modificado para uso aventurero.
Lo que no sabíamos es que este es el “autoregalo” de Škoda por su cumpleaños. Se llama el L&K130 y, además de ser un Superb modificado como una pickup de cinco plazas, celebra los orígenes de Škoda sobre dos ruedas. Porque aquella marca en lo que antes se conocía como Checoslovaquia inició su historia produciendo bicicletas; motivo por el cual este prototipo está adornado con un par de ellas.

Tributo en forma de auto aventurero
La razón del nombre está en el título original de Škoda. Laurin & Klement es el primer nombre de Skoda, cuando la marca fue fundada en 1895 y se enfoco en la producción de bicicletas.
Con ello en mente, la marca le entregó un Superb SW híbrido enchufable a los estudiantes de su academia, con el fin de crear esta pickup tributo. Parte de la cabina trasera fue cortada para acomodar un par de bicicletas, con un cajón sobre rieles que actúa como cama de carga que puede deslizarse, para mayor espacio de carga. Los pilares B y C se modificaron y reforzaron, para obtener una nueva ventana trasera y ese compartimiento deslizable, que nos recuerda a la Felicia Fun de cuatro pasajeros.
Un soporte para bicicletas hecho a la medida ocupa la parte trasera, pero eso no es todo. Las puertas traseras abren y se deslizan como una minivan, revelando acceso a un compartimiento de almacenamiento, nevera, un sistema de sonido y una tercera butaca. Sí, parece para cinco pasajeros, pero la Škoda Super pickup (o L&K 130) sólo tiene espacio para tres.
Del Tour de Francia al resto del mundo
En el interior abundan los cambios, como ese túnel que conecta la cabina con la parte trasera. Una tablet en el interior proyecta una cámara con visión 360° alrededor del área de carga. También tiene un sistema de radiocomunicaciones, doblando como vehículo de emergencias.

Una rejilla de carga en el techo para otra bicicleta completa las modificaciones. La parte estética la componen acentos en rojo y dorado, tonos originales de Laurin & Klement, al igual que el logo L&K en lugar del de Škoda. La marca nos dice que todo el proyecto necesitó unas 2.000 horas en completarse, con ayuda de ingenieros y estudiantes.
El concepto L&K 130 será uno de los autos oficiales del Tour de Francia, del cual Škoda es patrocinador. Será su primera aparición pública, aunque la casa checa no tiene muchas intenciones de producir algo así para el público general. Al menos sabemos cómo se ve para replicar una, siempre y cuando tengamos una sierra circular y un Superb a la mano.
