Saab no murió, andaba de parranda surcando los cielos. Si no lo sabía, Saab nació como una compañía aeronáutica en la antesala a la Segunda Guerra Mundial, mucho antes de medírsele a la producción de vehículos y camiones pesados (Scania). Pues uno de esos finos ejemplares suecos, con un toque brasileño, el Saab Gripen E, sería el avión elegido para que Colombia finalmente retire los caza Kfir y sus elevados costos de operación. O, al menos, ese es el plan que plantea el gobierno.
Por supuesto que Colombia ya debería estar en capacidad industrial y tecnológica de armar su propio avión caza. No obstante, la posible alianza con Suecia tiene bastantes beneficios que le permitirían a Colombia expandir su industria, más allá de su poderío militar. Tome por ejemplo a Brasil, que logró forjar un vínculo importante con Saab para desarrollar una variante especial del caza Gripen en conjunto a Embraer, versión que recibiría Colombia si el acuerdo se logra dar.
Solo no le digan a cierto ex alcalde de Bogotá que los suecos quieren forjar una alianza con Colombia.
El avión caza multipropósito de Suecia
El Saab JAS 39 Gripen comienza a gestarse en los años ochenta. Para ese entonces la fuerza aérea sueca buscaba un avión que cumpliera el rol de caza interceptor y avión de reconocimiento a un costo mucho más bajo. Saab respondió el llamado usando el diseño de sus anteriores caza, el Draken y Viggen.
El Gripen es un caza más pequeño que rescata el diseño de ala triangular o deltawing, integrando aletas móviles sobre las turbinas o canards que actúan como dispositivo para maniobras pronunciadas. Así pues, el Gripen es más ligero, más veloz y maniobrable que sus antecesores, con el valor agregado de una corta distancia de despegue.
Saab agregó controles de vuelo por cable (fly by wire), un motor de turbina G&E (originalmente era Volvo) y un arsenal comprensible para sus diferentes roles. Desde un cañón Mauser con balas calibre 27mm, minas, misiles teledirigidos o guiados por calor, bombas y contramedidas contra otros misiles, barcos o cañones anti-aéreos.
Gripen, que en sueco traduce a grifo, una criatura mágica presente en el logo de Scania, tiene un periodo de vida útil de 50 años, una maniobrabilidad excepcional, controles fáciles de usar para novatos y es sin duda uno de los mejores jets caza de su generación (4.5), a la par o por encima de otras alternativas comparables que Colombia evalúa, como el F-16 norteamericano.
Grifo con sabor a samba
La historia del Gripen y su reputación convenció al gobierno de Brasil en forjar una alianza con Saab. La fuerza aérea brasileña no solo compraría Gripens, desarrollaría su propia variante moderna en colaboración con los suecos. Así nace el Gripen E, colaboración entre Saab y Embraer el cual se comenzó a ensamblar en 2023, avión que tiene en la mira el gobierno de Colombia.
Ya que se produce tan cerca, el Gripen emerge como una atractiva opción para cambiar esa anticuada flotilla de Kfir que no solo tiene un costo de operación ridículo, está asociado con Israel. Y ya sabe cómo es vista esa nación por estos días, cortesía de su guerra contra Palestina. Gustavo Petro ya sentenció la retirada del Kfir dada su inseguridad y costos, al grado que el presidente espera seguir los pasos de Brasil en el futuro.
¿La mejor opción para Colombia?
¿Qué ventajas trae el Saab Gripen a Colombia? El bajo costo de operación en contraste a los rivales que considera Colombia, el Dassault Rafale y General Dynamics F-16. Sus controles por cable, pantallas con bastante información y mandos intuitivos hacen que sea fácil de aprender a volar y navegar. En general es un avión excepcional con una larga vida útil cuyos beneficios van más allá de solo ser un activo para las fuerzas aéreas.
El detalle clave que traería el Gripen es forjar una alianza con Suecia y Brasil, algo que permitiría a Colombia acceso a nuevas tecnologías, contratos de mutuo acuerdo y otros beneficios lejos del ojo de Estados Unidos. En otras palabras mayor independencia diplomática, dada la postura más laxa de los suecos; al igual que un posible crecimiento industrial y tecnológico.
Es cierto que invertir tanto en unos aviones que quizá no se usen es innecesario. Pero con el actual clima global y esa tensión de guerra que nos rodea, un Saab moderno es mayor garantía que un viejo avión israelí que se queda corto en todos los aspectos.