Por sí sola, Bentley es una marca de alto lujo, pero cuando se suma Mulliner, la cosa se pone seria. Si no me cree, solo hace falta ver al Bentley Flying Spur Mulliner, el nuevo buque insignia de la marca británica de lujo. Este antiguo carrocero sigue en pie de lucha para crear los autos más lujosos y exclusivos del mundo de la mano de Bentley, estando al nivel de lo que hace Maybach o lo que a veces hace Rolls-Royce con algunos modelos especiales.
Un lujo como el de antes
¿Qué tiene un Bentley Flying Spur Mulliner que no tenga la última versión llamada Odyssean? La respuesta es: compromisos. El Flying Spur Odyssean Edition es la muestra de que se puede hacer un auto lujoso como los de antes sin generar un gran impacto ambiental. Sin embargo, Mulliner ignora todo eso y simplemente se dedicó a crear un GT de 4 puertas con los mejores materiales disponibles. Para notarlo solo hay que mirar desde afuera por la ventana.
Lo primero que hay que notar son las alfombras de pelo largo, un detalle que no cualquiera instala en un auto. La tapicería del tablero es de cuero Imperial Blue y está presente en el adorno de las puertas y el techo interior, mientras que los asientos están forrados de cuero Camel. Las costuras de acento son en color blanco, al igual que los microtubos que finalizan los bordes del interior. Claro que esos no son los únicos colores, ya que hay 8 combinaciones diferentes. No son muchas, pero podríamos llamarlas “la selección del chef” y si lo puede pagar, puede poner los colores que quiera. Tenga en cuenta de que no dijimos cuero de fuentes sostenibles, es solo cuero de máxima calidad.
Los asientos tienen una configuración especificada por Mulliner para este Bentley Flying Spur. Las sillas tienen un acolchado que se denomina Diamond-in-Diamond. Es un proceso de fabricación que tarda 18 meses en hacerse. Cada forma de diamante del tapizado tiene 712 puntadas exactamente y están alineadas con el centro; es el sueño hecho realidad de los que padecen TOC. Estos diamantes también están presentes en piezas talladas en el tablero y en la carrocería. La cereza del pastel es el reloj Mulliner puesto en el centro del tablero.
Exclusividad en su máxima expresión
Por fuera no hay mucho que delate a este Bentley Flying Spur como una creación de Mulliner. Fuera de los detalles diamantados con el nombre del carrocero, tiene unas ruedas de 22 pulgadas pulidas y con insertos de pintura gris con tapas autonivelantes. Bajo el capó sigue el lujo sin compromisos, pues el comprador puede pedir su Bentley Flying Spur Mulliner con el nuevo motor V6 híbrido, un V8 y un W12 como los de antes. Con este último motor puede alcanzar los 333 km/h y ni cuenta se daría si va como pasajero. Eso es lujo de verdad.