La incesante búsqueda por la perfección es un lema que le cae como anillo al dedo a Bugatti. Desde su renacer gracias al Grupo Volkswagen en 1998, la casa francesa se ha caracterizado por ofrecer lo mejor de lo mejor entre lo mejor. Y eso incluye mantener el brillo y pulcritud de la máquina que los catapultó a la fama moderna: el Veyron, para la cual Bugatti revela un nuevo programa de restauración.
Como podrá imaginarlo, este programa de restauración revitaliza a cualquier Veyron que sus dueños le presenten a Bugatti. Que alguien le diga a Crisitano Ronaldo, por si no ha arreglado el suyo. Pero más que ser una simple revitalización de su modelo que ya cumple 20 años de ser lanzado, es una renovación a fondo y con lujo de detalle como solo Bugatti lo sabe hacer. Que apropiado que los primeros dos candidatos sean de un jeque de Medio Oriente, cuya colección de autos debe ser obscena.
Dejando al Veyron como nuevo
Los dos Veyron en cuestión, un cupé original y un roadster Grand Sport, pasaron nueve meses en las instalaciones de Bugatti. De forma meticulosa los ingenieros y empleados de la marca se la pasaron desarmándolos y limpiándolos parte por parte, reemplazando partes, actualizando otras y en general dejándolos como el día que abandonaron el concesionario. El mismo dueño admite a la marca que era obvio dejar en manos de la marca la tarea de restaurar los ejemplares del Veyron que acá ve.
En el caso del Veyron coupé modelo 2006, Bugatti instaló una nueva tapicería en un color café coñac oscuro, con un exterior en azul Bugatti con acentos oscuros. Cada componente desarmado fue limpiado, inspeccionado y dejado como nuevo para que no se le note la edad. Por el lado del Veyron Grand Sport, este modelo 2009 lleva toda su vida con un dueño, quien es el protagonista de esta historia. De hecho, Bugatti nos dice que este ejemplar es de los primeros Grand Sport jamás ofrecidos.
El camino a seguir de este fue más simple, preservando su tono plateado original; pero con componentes refrescados y revitalizados. El interior opta por una tonalidad color crema distinta, y ese es el mayor cambio. Ambos Veyron regresaron a su hogar con certificados de originalidad, y seguirán siendo el orgullo de su dueño. Si de casualidad usted hace parte del 0.001% de la población que tiene un Veyron, corra a hablar con la marca para que restauren su preciado híperauto. Dígales que se enteró primero con FUEL, por si quieren colaborar alguna vez en algún proyecto.