Porsche es muy conocido por hacer homenajes a su copioso historial en las carreras, pero esta es la primera vez que homenajean a un equipo privado. En esta ocasión, el homenajeado es Paolo Barilla y en su honor se construyó un Porsche 911 GT3 especial. Esta construcción nos recuerda al Porsche 956 con el que el empresario italiano ganó las 24 horas de Le Mans en 1985. De por sí es un gran logro, pero que lo haya hecho con un equipo independiente y no con el equipo oficial de la marca es un punto extra.
Para celebrar su cumpleaños número 60, Paolo Barilla encargó un Porsche 911 GT3 especialmente modificado para recordar ese logro. El responsable de hacer realidad este sueño fue el Porsche Exclusive Manufaktur como parte del programa Sonderwunsch, que literalmente traduce «deseo especial». Este programa se encarga de convertir los sueños de sus clientes más acaudalados en realidad. Nadie puede negar que esa es una gran forma de celebrar un cumpleaños.
Porque recordar es vivir
Como podrá ver en las imágenes, este Porsche 911 GT3 de Paolo Barilla es todo un espectáculo de ver. El diseño de pintura en colores blanco amarillo y negro es una reinterpretación del diseño original de aquel 956 ochentero. Sin embargo, hace un excelente trabajo homenajeándolo con ese diseño rayado. Para agregarle unos toques más interesantes, las ruedas delanteras son de color blanco, mientras que las traseras son doradas. El número 7 a los costados no está puesto por casualidad, sino que es el mismo número que Paolo usó en la pista.
Estructuralmente hay unos detallitos que el mismísimo Paolo Barilla encargó para su Porsche 911 GT3. Por ejemplo, las aletas verticales del alerón trasero se pusieron ahí por petición del expiloto. Para que no fuera un simple aditamento, los ingenieros se encargaron de que fueran funcionales y que no afectaran su rendimiento. Además de una placa con la firma, también se insertaron las siglas PB60, en honor al dueño y a su edad.
Esos detalles de fina coquetería
Al abrir la puerta del Porsche 911 GT3 de Barilla lo primero que se ve es una placa conmemorativa en el estribo de la puerta. Este estribo tiene grabado el número 956, una silueta de ese auto de carreras y el logotipo de Le Mans 1985. Este logo está bordado en el reposacabezas junto con el circuito francés. Para rematar, el pomo de la palanca de cambios es una pieza sólida de aluminio que recuerda a la palanca original de magnesio que se usó en el 956 original.
Puede que los cambios no parezcan muy profundos, pero el programa Sonderwunsch le permitió a Barilla construir parte del auto, diseñar la pintura y dirigir un equipo de ingenieros. No se sabe cuánto pagó el empresario por esta experiencia que duró 3 años y empezó con el GT3 anterior. Sin embargo, parece que fue dinero bien gastado.