Ariel es esa marca que abandona toda precaución y regulaciones estrictas en pro de la diversión. Y no quiero decir que todos sus modelos son trampas mortales, sino que no se ven atados por las emisiones y otras minucias como el resto de marcas. Ello nos permite disfrutar de máquinas como esta, el Ariel Nomad 2, un kart con muchos músculos y esteroides para deslizarse sobre el barro, la arena o la nieve.
Si no reconoce al Nomad, permítame darle algo de contexto. Esta es la versión aventurera del Ariel Atom, con una jaula antivuelco completa, llantas todoterreno y un aspecto ideal para sobrevivir a un apocalipsis mundial con estilo. Creación que parece salida de ese videojuego Fuel con el que compartimos nombre. Y ahora, el Nomad es más rápido y divertido que nunca.
Poderío Ford para situaciones extremas
Ariel nos dice que el Nomad 2 comparte tres piezas con su versión anterior. Esas son, la tapa del depósito de combustible, el volante y los pedales. Todo lo demás es nuevo.
El primer cambio mayor es su motor, ya que Ariel cambia el longevo motor K24 de Honda por una unidad 2,3 EcoBoost turbocargada del Ford Focus ST. Esta produce 305 hp y 582 Nm de torque, 70 equinos más que el anterior. Figuras que le permiten a este “go-kart todoterreno” ir de 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos y, a fondo, superar los 210 km/h.
Velocidad que se puede conseguir fuera del pavimento, por cierto. Todo cortesía de su calzado Yokohama Geolandar A/T, suspensión Eibach con tanques de reserva y resortes helicoidales en los cuatro ejes al igual que su carrocería protegida contra rocas u obstáculos. Opciones incluyen rines tipo beadlock, llantas de repuesto y un freno de mano hidráulico para derrapar en la tierra.
Todo se controla con una transmisión secuencial Quaife (del Atom 4S) o la unidad manual de 6 marchas del Focus ST.
Experiencia todoterreno al aire libre
Ariel se caracteriza por su estilo brutal pero simplista, por lo que el Nomad 2 no es la excepción. Toda la jaula antivuelco está expuesta, no hay puertas aunque sí mucha protección, las ruedas tienen sutiles pasos de rueda y las luces pueblan el techo. Existe una defensa frontal, cuya misión es desviar las rocas que saltan y ofrecer un ángulo de ataque de 48°.
Su cabina es funcional, con algunos botones y un cuadro de instrumentos digital, además de sillas plásticas con arneses de cuatro y cinco puntos. Aquí lo que importa es divertirse, así que la forma de conducir cualquier Ariel es con un casco.
La marca ofrece todo tipo de adicionales, desde un techo suave, una rejilla de carga trasera, tanques auxiliares modos off-road personalizados, frenos AP Racing y mayor rigidez en el chasis. Incluso, el motor 2,3 turbo se puede elegir con menos potencia (260 caballos) si así se desea.
Si quiere impresionar con este buggy todoterreno, tendrá que darle 70.000 libras esterlinas a Ariel por el privilegio. Y eso es sin opciones, aunque en sus manos tendrá un modelo listo para el inevitable colapso de la sociedad.