Es increíble que el legado del Lotus Seven aún se sienta en el mundo automotriz, 65 años después de su lanzamiento original. Todos conocen a Caterham y su propia versión de aquel Lotus que probó ser muy popular en competencias alrededor del mundo, incluso la pista de mi país tiene una categoría dedicada a ellos. Pero no muchos recuerdan que hay otra marca con su propia interpretación del Lotus Seven, y esta vez llegan con un nuevo modelo: el Donkervoort F22.
Son dos lados opuestos de la moneda realmente. Caterham intenta preservar la pureza del Lotus Seven, rara vez con motores que no sean de cuatro cilindros (aunque los hay V8). Y Donkervoort, una compañía holandesa, intenta crear conceptos radicales y con muchísimas vitaminas alrededor de la plataforma que creó Colin Chapman en 1957. Este Donkervoort F22 es la muestra más extrema (hasta ahora) de ese concepto.
Casi 1 hp por kilogramo
Imagine lo siguiente: un auto de dos plazas que no supera los 80 cm de altura, con llantas gigantes, una cabina pegada al piso y un peso de apenas 750 kg. Todo eso describe a este nuevo Donkervoort, y eso que no hemos llegado a la mejor parte: el motor.
Este llega cortesía de Audi, un aliado de Donkervoort desde los años noventa y que ha proporcionado todo tipo de propulsores a la compañía neerlandesa. El más reciente es el mismo motor que mueve al excelente Audi RS 3, con cinco cilindros y turbo que gracias a un par de trucos llega hasta los 492 caballos de potencia. ¡Casi 500 equinos en un auto que pesa la mitad de un RS 3! Esto es un kart glorificado que puede rodar legalmente por las calles, y que en curvas alcanza fuerzas laterales de 2.15 G.
Creado para conductores con delirios de piloto
Si está preocupado porque la pureza de ese motor está manchada, no tiene por qué temer. Donkervoort le da una transmisión manual de 5 cambios para disfrutar de toda esa potencia. La marca nos dice que va de 0 a 100 km/h en 2.5 segundos y a fondo puede llegar hasta los 290 km/h. Imagine la adrenalina de ir a casi 300 en el equivalente de un Lotus Seven con esteroides.
El estilo extravagante, puertas estilo tijera, rines lujosos y hasta un iPad con entretenimiento en el interior son argumentos de Donkervoort para que este auto sea “exclusivo” y considerado un hypercar. Es cuestión de perspectiva, y aunque el diseño no sea de mi agrado, tiene desempeño de sobra para clasificar en esa categoría automotriz. Por cierto, nada de bolsas de aire porque un auto así es para morir como hombre o mujer de vieja escuela; aunque al menos hay arneses de seis puntos.
Tal vez por eso no hay control de estabilidad ni frenos con asistencia hidráulica, haciendo de la experiencia de manejar un Donkervoort F22 lo más visceral posible. Si quiere el auto más análogo que el dinero pueda comprar, tendrá que alistar 245.000 Euros, y eso sin opciones o adicionales. Solo se producirán 75 ejemplares, de los cuales la mitad ya están apartados.