Cada vez que un Ferrari F40 emerge a la venta o subasta es todo un evento, especialmente porque solo se hicieron 1.315 de ellos. Esta vez es un poco más especial porque es el Ferrari F40 de Toto Wolff, el famoso jefe de las flechas plateadas en F1, el que está a la venta.
El anuncio se encuentra en Tom Hartley Jnr, un especialista británico en autos clásicos y exóticos. El hecho de que el precio del Ferrari F40 de Toto Wolff no sale en la página le dice todo lo que necesita saber sobre su valor. Nada del otro mundo, si los F40 siempre demandan sumas altísimas, como ocurrió en la última subasta de Mecum donde otro F40 se vendió por la friolera de 3.135 millones de dólares.
El Jefe de Mercedes F1… en un Cavallino
Todos los Ferrari F40 son especiales, pero lo que diferencia al de Toto Wolff de otros es lo siguiente. Primero, es uno de 27 ejemplares que se registraron en España. Este en particular es modelo 1990 y tiene apenas 5536 km en su odómetro. Estoy seguro que Toto desearía conducir más a menudo aquella máquina, pero el holgado calendario de F1 no se lo permite.
El F40 tiene un certificado de Ferrari que exhibe su originalidad, y fue recientemente revisado y reparado por un taller especializado. Por si las imágenes no dejan claro que la condición de este Cavallino es inmaculada. Además de no usarlo mucho, es posible que Wolff no disfrute de manejar un auto de la competencia. Aunque la ventaja aquí es que los estrategas jamás lo van a traicionar. No es la primera vez que Toto Wolff desocupa su garaje, en otra ocasión el hombre se deshizo de un Ferrari Enzo y un LaFerrari Aperta.
Toto Wolff es un ex piloto, así que máquinas como esta son todo un sueño. De nuevo, con tantas carreras en F1, es más fácil ver a Toto volando en un jet privado o en algún auto corporativo de Mercedes-Benz. Y no es que le falte dinero, ya que el hombre tiene acciones en compañías como Aston Martin, y es uno de los dueños de Mercedes-AMG F1. Por ahora deléitese con las imágenes de este precioso F40, y si se arriesga pregunte cuánto vale. ¿Quién sabe? A lo mejor es menos de lo que se imagina.
