Los entusiastas de hoy, al menos la gran mayoría, no tienen ni idea qué es Hispano-Suiza. En gran medida porque el 99% de nosotros no estaba vivo para ver los días de gloria de esa marca española, cuyos últimos autos llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial. Eso fue hasta que renació en 2019 y decidió entrar al mundo de los exóticos eléctricos con esto: el Hispano-Suiza Carmen, que ahora recibe una versión extrema llamada Sagrera.
Para aquellos que consideran a Bugatti como una marca “demasiado comercial” y quieren ser lo más indies posibles, existe el Hispano-Suiza Carmen Sagrera. Y sí, existen “hipsters” billonarios, de esos que cambian de dieta vegana-holística cada semana, invierten en negocios fantásticos para apoyar grupos aborígenes y, ante la necesidad de mostrar su prestigio, requieren d un vehículo exótico que casi nadie conozca.
El exótico para millonarios alternativos
Pues bien, en el caso que aquel billonario hipster excéntrico súpercarifragilísticoexpialidoso que quiera ir a un circuito, está el Hispano-Suiza Carmen Sagrera.
Este exótico español existe desde 2019 y es el primer intento real de revivir el emblemático nombre, al menos en esos primeros días del mundo automotriz. Con un diseño “neo-retro” inspirado en el Hispano-Suiza H6B Dubonnet “Xenia”, Carmen parece salido de Ciudad Gótica y el universo animado de Batman.
Una apariencia aerodinámica y a la vez neo-clásica, pasos de rueda marcados y una estética de vedette de los años treinta, el Hispano-Suiza Carmen no es un gusto para cualquiera. Su carrocería en fibra de carbono esconde dos motores eléctricos y una batería de 80 kWh, combinación que produce más de 1.000 hp.
Radical, vistoso y con un precio exorbitante
Pues bien, el Hispano-Suiza Carmen Sagrera es una versión más poderosa, ligera, enfocada a los circuitos y apropiada para un aniversario. 120 años cumple la marca española, razón por la cual decidieron poner a dieta a este exótico y añadir un alerón que altera el ya controversial diseño de este auto. Supuestamente este elemento aerodinámico imita las alas de una cigüeña, ave que hace parte del logo clásico de Hispano-Suiza.
En adición, las baterías crecen a 103 kWh, para soportar la potencia de los dos motores que sobrepasa los 1.100 caballos, además de ofrecer más autonomía para usos extremos, como un track day. La distribución de peso es 50/50 y elementos como los frenos carbocerámicos, suspensión adaptativa y refrigeración a la batería fueron optimizados.
Finalmente está una cabina más contemporánea, diseñada con ayuda de Italdesign. Todo por una módica suma que supera los tres (!) millones de dólares. Así que puede encajar en la sociedad y gastar su fortuna en varios Ferrari o Lamborghini, una flotilla de McLaren o un Bugatti Chiron, o elegir la ruta infravalorada y adquirir un vehículo del cual existe apenas una decena o dos en el mundo y cuyo nombre sólo alguien con más de 90 años ha escuchado.
Hora de invocar un regreso de Packard o Duesenberg, ya que a Hispano-Suiza parece irle muy bien con su exótico de números limitados.