Rimac es un nombre que lleva un buen rato dando vueltas por la mente de los petrolheads. Más que todo lo asociamos con hypercars extremos impulsados por tecnología eléctrica, que tristemente se han quedado sólo en su fase conceptual… hasta ahora. La empresa del “Elon Musk” (con barba) croata, Mate Rimac, anunció no sólo que producirá el C_Two, también le da un nuevo nombre a su hypercar eléctrico: Rimac Nevera. Y si los números que promete la compañía son ciertos, sus rivales Bugatti, SSC, Koenigsegg, entre otros, palidecerían en comparación del Rimac.
Si usted, hermano latino, es como yo, lo primero que habrá notado es el nombre: “Nevera”. No es el nombre más glamoroso para un hiper deportivo eléctrico, ¿verdad? Para colmo, este Rimac ni siquiera incluye una nevera a bordo. Entonces ¿a qué va este nombre? La explicación: Croacia. En efecto, “Nevera” es el nombre que en este país le dan a una rápida, poderosa e inesperada tormenta mediterránea, cargada de truenos y relámpagos. Además, no creo que a la gente de Rimac le preocupe mucho el significado tan opuesto que nosotros tenemos de Nevera. Después de todo, ¿cuáles son las chances de ver un Rimac Nevera eléctrico en Latinoamérica? Considerando que serán fabricadas sólo 150 unidades, las posibilidades son bastante bajas.
Números de otro mundo
Después de ese “debate” lingüístico, conozcamos al Rimac Nevera. Como le mencioné anteriormente, el desempeño de este hiper deportivo es escalofriante, al menos eso es lo que dice Rimac. Con una potencia de 1914 caballos, 2360 Nm de Torque disponibles en todo momento, y un tiempo de 0 a 100 km/h anunciado en 1.85 segundos. No contentos con sólo estas figuras, el Rimac Nevera es capaz de alcanzar los 300 km/h en 9.3 segundos, y completar el ¼ de milla en un tiempo récord de 8.6 segundos. A fondo, el Rimac Nevera eventualmente golpeará su velocidad tope: 412 km/h.
Estos números de locos vienen cortesía del centro de poder de Rimac, que lleva desde 2009 apostándole a la energía eléctrica. Esta unidad de baterías contiene 6960 células individuales, produciendo una energía de 120 kWh distribuida a los 4 motores del Nevera, uno en cada rueda. Al estar montadas en la parte más baja del chasis, el Rimac obtiene una distribución de peso casi ideal de 48/52. La potencia es controlada por un sistema de vectorización (R-AWTV 2) que controla torque, adherencia y tracción en cualquier situación, permitiendo que el Rimac se adapte a cualquier situación o haga drifts.
Con esta aceleración y distribución de poder, el Rimac Nevera eléctrico necesita frenar de manera impecable. Esto se logra cortesía de unos frenos de carbón-cerámico Brembo de 15.3 pulgadas, con enormes capacidades regenerativas. Un sistema de configuración aerodinámico también ayuda en el frenado y la aceleración, dependiendo del modo que elija.
Producción limitada, tecnología ilimitada
El interior presenta un balance entre auto de carreras y coupé de lujo. Tres pantallas dominan el habitáculo, distribuidas a lo largo del tablero del Rimac. Una inclusión curiosa en esta interfaz es un AI (Inteligencia artificial) que tiene como misión guiar al conductor para sacarle todo el jugo al Nevera. Este “entrenador virtual” utiliza un sistema de Nvidia conectado a 12 sensores, 13 cámaras y 6 radares que monitorean el entorno y tienen información detallada de miles de circuitos en el mundo para enseñarle la línea más óptima cuando vaya a correr en el Rimac Nevera.
En general, el interior tiene los materiales y calidad que se esperan de un hypercar, mezclando la fibra de carbono con cuero de alta calidad. Lo que más captiva la vista son los switches de la consola central, que evocan a los que adornan la cabina de un avión clásico.
Como es de esperarse, el Rimac Nevera será todo menos económico: $2.4 millones de dólares para ser precisos, y poseerá una autonomía estimada de 547 km. Cada uno de los 150 afortunados dueños del Rimac Nevera tendrán la oportunidad de viajar a Croacia para diseñar su propio auto, aunque puede que pase un buen tiempo hasta que veamos los primeros salir de la línea de producción.