Tal vez Lewis Hamilton no sorprendió en Shanghái con una victoria en la válida sprint de F1, pero estuvo cerca. De cualquier forma, Mercedes-AMG no contuvo la emoción y quitó el velo del nuevo AMG GT 63 S E Performance, un súper deportivo híbrido con tecnología de Fórmula 1 y, posiblemente, más veloz que el actual W15 que usa Mercedes en la categoría reina.
Si ignora al AMG One, que en esencia es un monoplaza de F1 disfrazado para la calle, el Mercedes-AMG GT 63 S E híbrido es el auto más veloz en toda la historia de AMG. Sí, más que el AMG GT de 4 puertas que tiene más potencia, pero es más pesado. Además, el AMG GT 63 “a secas” no tenía suficiente poder para competir con el Porsche 911 Turbo S y el Ferrari 296 GTB, razón por la cual la tecnología híbrida vino al rescate.
Lo mejor de dos mundos
El corazón del nuevo AMG GT definitivo parte del ya conocido V8 de 4 litros twin turbo, retocado para pasar de 577 a 603 caballos de potencia. Hasta ahí nada raro, hasta que llega al motor eléctrico en el eje trasero, capaz de añadir 202 hp más a la mezcla, para una potencia combinada de 805 equinos.
La magia de aquel componente eléctrico proviene no sólo de su “jugo extra”, también de una transmisión de dos marchas y diferencial electrónico, administrando la potencia a las ruedas traseras y, si es necesario, enviando un poco de su ayuda al eje delantero. Por cierto, el torque máximo combinado es de 1,420 Nm, figura colosal que permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos.
Es cierto, los componentes adicionales, como la batería de 6,1 kWh, añaden peso. Pero los ingenieros de Mercedes-AMG lo contrarrestan con ese poder combinado y “artilugios” como suspensión activa y estabilización de chasis para mantener plantado al AMG GT 63 definitivo en las curvas.
Tecnología de Fórmula 1
Si eso no basta, la parte baja del chasis fue modificada con fibra de carbono para mayor eficiencia aerodinámica. Un pequeño difusor en esta zona es desplegado encima de los 80 km/h para generar succión y pegar aún más el eje trasero al pavimento. Elemento que es ajustable y permite mayor estabilidad en curva o una reducción de resistencia al aire en línea recta.
Todos estos detalles, cabe añadir, están inspirados por tecnología desarrollada para Fórmula 1. Particularmente la batería, que opera como el sistema de recuperación de energía en un monoplaza de esa categoría. Los modos de manejo revisados, desde normal hasta Sport+ o Race permiten que el Mercedes-AMG GT 63 híbrido aproveche al máximo su energía.
Pocas revisiones estéticas
Visualmente son pocos los cambios del Mercedes-AMG GT 63 estándar al híbrido enchufable. Están los logos E Performance en los costados, que delatan su estatus como el “pináculo” de su familia AMG, el puerto de carga trasero, logos GT 63 S en rojo y rines de 20” adelante y 21” atrás.
Dicho de otra forma, es el AMG GT que ya conocemos muy bien desde hace tiempo, cuando se reveló su actualización. Como los híbridos hoy en día son furor, Mercedes-AMG tenía que responder con algo que diera la talla. Es más, se tardaron un poco en develar ese AMG GT híbrido que, a estas alturas, era más que un secreto a voces.