Hora de aceptar que Alpine es la nueva denominación “deportiva y lujosa” para Renault. Algo así como M-Sport o AMG Line, usted ya sabe a qué nos referimos. Por eso llega una versión Esprit Alpine al Renault Mégane E-Tech, para darle más distinción a este elegante hatchback eléctrico.
Silueta que tiene un aire deportivo sin duda, lo que nos hace pensar en un Renault Mégane RS, es decir Alpine, con dos motores y desempeño digno del “Esprit” de ambas marcas. Una pena, Renault no parece interesado en modelos de esas características por ahora, a excepción de ese absurdo R5 Turbo. Alpine es la única con un hot hatch en forma del A290.

Un francés muy francés
Como ya lo conocimos en la Renault Arkana, el tratamiento Esprit Alpine trae muchas mejoras estéticas. No espere cambios en su motor frontal de 215 hp o batería de 60 kWh. Sí, esta versión es para uno de los Mégane más equipados y sí trae novedades: levas en su volante con un nuevo nivel de frenado regenerativo, prácticamente añadiendo manejo con un pedal.
El exterior recibe un nuevo color gris mate, con ligeros acentos negros y azules en la parrilla, ventanas, defensas y spoiler. Rines de 20” en color oscuro y “Rombos” del mismo color al igual que insignias Esprit Alpine adornan la parte externa del Mégane.

Adentro emergen sillas con cuero vegano con costuras azules, ambas hechas en materiales reciclados. El logo de Alpine adorna las butacas, al igual que insignias con la bandera de Francia. También el tablero y volante reciben un cuero vegano similar con contrastes negros y azules. Mismas tonalidades se replican en las puertas e iluminación ambiente.
No es nada del otro mundo, pero el Mégane Esprit Alpine da distinción a este modelo y algo de patriotismo, dado que se produce en Francia. Curiosamente esta versión queda por debajo de la Iconic, aunque recibe carga bidireccional y rondará los 41.500 euros de precio.