Damas y caballeros, ha caído un grande. El poderoso, icónico y representativo Nissan Skyline GT-R R34 compitió contra un Tesla Model S Plaid y no salió muy bien parado. El asunto es simple: la inmensa potencia del Tesla fue incontenible y de nada sirvió que el GT-R estuviera modificado para poder defenderse. Solo tuvo oportunidad cuando le cortaron la potencia al Model S y le agregaron un pasajero adentro.
Una pelea desigual
No se deje engañar, el Nissan Skyline GT-R R34 nunca tuvo oportunidad contra el Tesla Model S Plaid. Aun así, siempre es un placer escuchar al motor RB26DETT rugiendo en su máxima expresión. Su mecánica está ligeramente retocada con un solo turbo, nueva tubería de escape y de inducción, una reprogramación y otros retoques que fácilmente se pueden hacer en la casa. Bueno, eso si uno vive en un taller especializado.
El contrincante es nada menos que un Tesla Model S Plaid totalmente de fábrica, con sus 1020 HP intactos y menos de 1600 kilómetros recorridos. Esta es la primera vez que el dueño lo corre y decidió presentar su nueva adquisición a los de Hoonigan para que vieran de qué se trata el futuro. El Model S tiene 3 modos de aceleración: Chill, Sport y Plaid, los cuales administran la potencia. Esto es importante para más adelante.
David VS Goliat
Los de Hoonigan hicieron una carrera simple, un arrancón con la línea de meta a los 1000 pies o 300 metros. En la primera ronda el Tesla salió con el modo Plaid conectado y todos sus 1020 HP dejaron al GT-R R34 comiendo polvo. Ya se veía venir, aunque el Skyline hizo un intento bastante decente. En la segunda ronda la cosa cambió, pues pusieron al Model S en modo Chill para cortarle un poco de potencia y con un pasajero adicional, así que perdió la carrera sin mucha sorpresa.
La última ronda el Tesla corrió con el modo Sport y eso hizo la carrera más cerrada. Aunque hay que admitir que la transmisión manual Getrag de 6 marchas le quitó mucha oportunidad al Skyline, por el tiempo perdido entre los cambios de marchas. Lo dicho, el GT-R perdía en el papel y en la vida real. Aun así, sigue siendo el preferido por la mayoría de nosotros, no importa qué números tenga o su edad.