El día de hoy le traemos la respuesta a la pregunta que muy pocos se han hecho. ¿Qué pasaría si convierto a mi 4×4 en un monstruo para la calle y el ¼ de milla? Pero un momento, ¿Los 4×4 no se suponen que son para atravesar barro, rocas y arena? Claramente eso no es lo que tenía en mente Marvin Sánchez cuando creó este Suzuki Samurai bastante único, con un nuevo corazón cortesía de un Mazda RX-7. Este pequeño campero le asegura robarse las miradas de todos a donde quiera que vaya.
¿Cómo termina un Suzuki Samurai convertido en un auto que parece salido de Need for Speed o Forza Horizon? Pues ya saben lo que dicen, con un sueño y trabajo duro. Y el resultado es algo totalmente diferente a lo que el mundo espera. Imaginen la cara de los conductores al ver que son adelantados por un 4×4 con las propiedades aerodinámicas de un ladrillo y el sonido de un motor rotativo gritando por la avenida.
La magia de los triángulos
La historia, destacada por la revista Super Street, comienza con un viaje. Marvin Sánchez no es un novato a la hora de modificar autos, pero según él, necesitaba un reto. Y ese reto se materializó en forma de un Suzuki Samurai en perfectas condiciones, a 4 horas de su hogar. Este pequeño 4×4 serviría de fundación para el proyecto que tenía en mente.
La segunda parte del rompecabezas fue un Mazda RX-7 que se encontraba en una pobre condición mecánica, pero que andaba y podía aún quemar llanta (palabras de su dueño, no nuestras). El motor 13B junto con su transmisión fueron restaurados y colocados en reemplazo de la unidad de 4 cilindros y 1.3 litros que usualmente se encuentra bajo el capó de este Suzuki Samurai tan único y especial.
Y ahora, las modificaciones. Sin tener muchos referentes en su proyecto, porque nadie antes había pensado en colocar un motor de un RX-7 en un Suzuki Samurai, Sánchez construyó su propio sistema de manifold y wastegate para el turbo Precision 75/76. Las monturas del motor y transmisión, así como el sistema de intercooler y escape son también hechos a la medida. Este último termina frente a la puerta del pasajero, y es capaz de lanzar fuego.
Con toda esta saludable lista de cambios, el motor rotativo 13B terminó desarrollando 450 caballos de potencia. Un aumento considerable respecto a los 60 que ofrecía la unidad estándar de Suzuki. Para transmitir toda esa potencia al eje trasero, se empleó un eje de transmisión custom made conectado a un diferencial Ford 8.8 común en los Mustang, F-150, Bronco y Crown Victoria de los años noventa. Para agregarle una pizca de muscle car al proyecto.
Un cohete cuadrado de bolsillo
La selección de llantas le otorgan una apariencia de dragster al Samurai. Atrás, un par de cauchos Nitto NT555R homologadas para competencias de piques; adelante el calzado es bastante delgado, dejando claro que este Suzuki es exclusivamente creado para andar lo más rápido posible en línea recta. La suspensión reducida también ayuda a que este “mini” 4×4 deje claro que sus prestaciones no son coincidencia.
En términos estéticos el Samurai no ha cambiado demasiado; a excepción de un “labio” en fibra de carbono instalado en el frente, dando la impresión que el Suzuki se ve serio o enojado. Y pensar que el Samurai tiene fama de ser un offroader muy capaz y popular en naciones como India, y ahora pasa sus días como un cohete de bolsillo de apenas 900 kg y con un tamaño menor que incluso el de un Mazda Miata.
¿Qué hemos aprendido de todo esto? Que la imaginación (y nuestra billetera) es el único límite a la hora de modificar nuestros autos. Desde simples cambios estéticos hasta un cambio extremo como el de este único Suzuki Samurai con poder rotativo, el cielo y nuestras habilidades son el límite. Teniendo en cuenta que Sánchez posee otro RX-7, un Shelby GT500 y un Fiat 126 Polski con un motor de Hayabusa, lo que nos falta es tiempo para desarrollar esas ideas locas y darle nueva vida a autos que quizá estaban destinados a un futuro peor.