Hora de ofender a los puristas, porque este precioso Mercedes-Benz SL es eléctrico. Nada más esa última palabra es casi prohibida para algunos petrolheads, equiparable a invocar el nombre de Voldemort en vano o algo por el estilo. Eso no detuvo al especialista británico Everrati, famoso por sus conversiones a clásicos de este tipo, a la hora de “energizar” a este descapotable alemán.
Si sirve de consuelo, la conversión a eléctrico de este Mercedes-Benz SL es 100% reversible, o eso nos dice Everrati. Una nota personal y es que junto al SL alas de gaviota, esta generación del biplaza germano (W113) es la más bella de todas las encarnaciones del SL. Tiene hasta su propio apodo: pagoda, en referencia a su techo duro que lucía como un templo japonés.
Respetando su herencia de forma eléctrica
El Mercedes-Benz SL eléctrico abandona su suave motor seis en línea por dos elecciones recargadas. La primera produce 174 hp, relativamente equiparable al SL original, mientras que la segunda aumenta la tensión hasta los 300 equinos. Ambas elecciones usan una batería de 68 kilovatios/hora para otorgar una autonomía que ronda los 320 km.
Modificaciones al chasis y suspensión permiten que el SL afronte el peso de las baterías y se comporte en curvas como un verdadero deportivo ligero (sport leicht). A fondo también llegarán a los 200 km/h, velocidad limitada por razones de seguridad.
Restaurado de pies a cabeza
Además de la conversión, Everrati trabaja de la mano con carroceros británicos para restaurar sus proyectos. Este ejemplar en particular fue reconstruido por completo, manteniendo cada detalle como el día que abandonó la fábrica hace más de 5 décadas. Solo un medidor de carga delata la naturaleza del SL.
Everrati nos dice que cada Mercedes-Benz SL eléctrico se puede personalizar. Sea con techo suave o duro (pagoda), al igual que diferentes colores para el interior y exterior. Nos inclinamos por preservar su imagen original, en el caso que quisiéramos una conversión de este tipo.
Para muchos esta es una herejía, y la mayoría acertará en decir que no es correcto hacerle esto a un Mercedes-Benz SL clásico. Pero, en aras de ver lo positivo en todo esto, esta es una forma interesante de presentar joyas del ayer a las nuevas generaciones. Aunque muchos preferirán (este autor se incluye) el motor original de Mercedes-Benz.