Justo cuando alabamos a Mansory por contener su locura con el Ineos Grenadier, lanzan esta abominación que alguna vez fue un Ferrari Purosangue. Nunca cambies Mansory, nunca cambies.
Pues bien, por algo se tardaron más de año y medio desde la presentación de este gran Cavallino para develar su lista de mejoras, viendo el resultado ojalá no se hubiesen tomado la molestia. Claro que mejoras es una palabra algo exagerada considerando que este Ferrari Purosangue es un asalto a la mirada, lo siento Mansory es real. Y sabemos que existen personas con mucho dinero y este gusto, pero la apariencia original del Purosangue es sobria, elegante, musculosa y bien lograda; así la comparen con el Mazda CX-30.
Pura sangre con demasiada testosterona
Y esto pues, es como inyectarle un exceso de esteroides a alguien. Lo llaman Pugnator, que se supone es una palabra en latín que significa competidor. Aunque evoca más a un pug y como ese perro, este Purosangue tiene un rostro complicado de entender.
¿Por dónde iniciar? Quizá por ese frente que luce como una boca abierta con frenillos, las copiosas cantidades de fibra de carbono con acabados rojos. Rejillas de ventilación sobre los pasos de rueda, un capó con más tomas de aire, faldones exagerados, pasos de rueda hipermusculosos o el descomunal alerón trasero. Es un auto nivel tres o cuatro en Need for Speed y pues, tendrá sus fanáticos, pero nosotros no lo somos.
La pintura externa “vermillon” es quizá el detalle más atractivo, por virtud de ser un color hermoso. Por cierto, esta es una conversión completa, así que los faldones, pasos de rueda, escape cuádruple, difusor titánico y rines de 23” son detalles imposibles de quitar. Y, para tentar al espíritu de Enzo Ferrari, Mansory quitó todas las insignias de la marca en este Purosangue.
Los excesos por encima de todo
El interior no es menos sutil, con cuero blanco con acentos rojos, patrones microperforados en forma de hexágonos, fibra de carbono pintada de rojo brillante y tantos logos de Mansory como pueda contar.
Bajo el capó una cubierta y sistema de inducción al motor adornan de forma roja y con mucha fibra de carbono ese V12. Y de alguna manera aunque es absurdo, no es lo peor de este modelo, esa distinción la tiene el exterior. Curiosamente el motor no salta descomunalmente en potencia, de 715 a 755 caballos gracias a ese sistema de inducción y escape de mayor flujo, además de algunos cambios al ECU del motor.
Y aún así, el Ferrari Purosangue hipermusculoso exagerado de Mansory no supera a aquel Urus de dos puertas del mismo preparador. Pero se acerca y a este nivel, se nos antoja mejor pedirle algo de mejor gusto a Liberty Walk o algún otro preparador.