Considerando que esta creación tiene el nombre de Mansory, no es lo que esperábamos. Cuando se trata del preparador alemán, pueden pasar dos cosas: una creación tan bizarra que nadie en su sano juicio compraría, o vehículos con modificaciones de buen gusto. Este Rolls-Royce Dawn cae en la última categoría, porque fuera de tener un techo convertible color naranja brillante, no tiene ni la mitad de la locura que Mansory suele aplicar a sus creaciones.
No es una combinación que guste a todo el mundo, pero el blanco y naranja lucen bien juntos. Por algo la selección de Países Bajos usa esos colores. No sucede a menudo, pero el Rolls-Royce Dawn que aquí ve es de las pocas creaciones de Mansory que nos gusta, así seamos la minoría. No le digan a la esposa de Cristiano Ronaldo, porque capaz que va corriendo a comprarle uno de estos.
Sorpresivamente agradable
Mansory lo bautiza Pulse Edition, seguramente por la enorme cantidad de blanco que luce este Rolls-Royce Dawn. En el exterior su suspensión rebajada va de la mano con el típico bodykit de Mansory, pero con la fibra de carbono pintada o disimulada para preservar su inmaculada presencia blanca. Quizá lo único fuera de sitio es la parrilla iluminada, cosa que por estos días solo se atreve a hacer BMW.
Su interior es la misma historia, con una enorme cantidad de superficies blancas y suaves por doquier. El único elemento que nos resulta exagerado es el volante, totalmente forrado en cuero anaranjado. Es algo excesivo, y con los sutiles acentos naranja en las puertas y asientos era suficiente, al igual que el techo suave que otorga un contraste apropiado sin exagerar.
Para igualar su apariencia diferente, Mansory incrementa la potencia del V12 twin turbo de 563 a 730 caballos de potencia, y un torque de 1000 Nm. La magia de reprogramar y reemplazar el computador que gobierna al motor. Si quisiéramos resumir en pocas palabras a este Rolls-Royce modificado, serían las siguientes: “no es lo peor que ha hecho Mansory en su historia”. Y con eso basta.