Me pregunto si Tom Gale y Lee Iacocca se imaginaron que, 35 años en el futuro, algún loco youtuber transformaría su preciado Dodge Viper en un monstruo todoterreno. Porque eso es justamente lo que alguien hizo, tomar un deportivo cuyo único propósito es lucir extremo y rugir en línea recta, sacarlo de esa zona de confort y colocarlo en un ambiente en el que sólo los 4×4 brillan.
Eso es lo bello del mundo automotriz y el tuning: todas las posibilidades y creatividad que puede tener un proyecto. Es cierto, cualquiera puede hacer un Viper de calle más rápido, pero sólo existe un Viper off-road digno de un Trophy Truck o buggy que compite en el Baja 1000.
Tan americano como un rifle M16
La mente brillante tras esta conversión es un youtuber conocido como SuperfastMatt. Es de esos canales donde todo tipo de creaciones automotrices descabelladas toman forma, no importa qué tan sensatas o complicadas sean. Con algo de ciencia y creatividad, ya que el proceso involucró escanear el Viper para crear un modelo 3D y usar partes de 4×4 contemporáneos escaneadas de forma digital para desarrollar la suspensión hecha a la medida.
El hombre eligió un Viper RT/10 de segunda serie (SRII) del año 1999, ya que es el “último Viper” análogo. Nada de ABS ni control de tracción, un V10 de 8 litros con pistones forjados de fábrica y los 450 hp más suicidas jamás concebidos por una marca.
Bajo todo criterio es el auto menos apto para una conversión como esta, pero eso no importa. Un año y muchas modificaciones después, el Dodge Viper rally todoterreno está listo y, aunque es necesario pulir algunos detalles, es tan glorioso como luce.
Y no, no es un Viper Safari, tampoco un chasis de camioneta con un cuerpo de Viper. Es un proyecto para surcar dunas y afrontar situaciones demandantes, con el poder de un V10 que quema dinosaurios cual adicto a la nicotina.
Víbora para surcar el desierto
SuperfastMatt inició cortando bastantes piezas de la carrocería, desde la defensa frontal, pasos de rueda, frente y hasta los faldones laterales, esos que escondían los escapes. Un kit de levantamiento de 12” (30 cm) hace lugar a unas enormes llantas Falken Wildpeak A/T y rines KMC más resistentes. Todo el chasis fue reforzado para resistir las irregularidades del camino y se agregaron amortiguadores Fox para absorber baches como si nada.
El V10 recibió un nuevo radiador y eso es todo, mantiene sus 450 hp y transmisión Tremec manual de 6 marchas. La diferencia es que el eje de transmisión fue modificado y el eje trasero Dana 44 ahora es el de un Wrangler Rubicon, con bloqueo de diferencial. No es 4×4, este Viper es de tracción trasera para mayor diversión off-road.
Obviamente hay nueva protección para el motor, placas de deslizamiento, defensas reforzadas, luces auxiliares y escapes expuestos, sólo porque se ve cool. No es un proyecto para nada sensato, pero esa nunca fue la idea.
Proyecto un 95% terminado
Completado todo el proyecto, el Dodge Viper se enfrentó a una serie de pruebas básicas para un todoterreno. Donas, trepar pendientes, caminos irregulares a alta velocidad, saltos y un pique de ¼ de milla.
En toda situación, apretar el acelerador a fondo y dejar que el V10 haga lo suyo fue una bendición. Aunque necesita algunas modificaciones en los brazos de suspensión, dirección y refrigeración, el Viper se desempeñó como todo un auto de rally. Lástima que la calidad de las piezas del interior no ayuda mucho, pero eso es consecuencia de esa era de Chrysler.
Si soy franco, no tengo nada más que respeto por este proyecto. No porque los videos de este youtuber sean entretenidos, sino por el esfuerzo y modificaciones que él mismo hizo para concebir semejante bestia. Es un Viper escandaloso y absurdo, tal y como debería serlo, sólo que este si pierde el control y termina en una zanja, al menos tiene la capacidad de seguir rodando.