Nos sorprende que un proyecto así de descabellado no emergiera antes. Wald International, un preparador japonés, acaba de presentar este bodykit para la nueva Toyota Land Cruiser Prado 250. Sutil no es la palabra que busca, tampoco elegante o rudo. Algo es cierto, esta radical modificación ciertamente hará que la Prado destaque, para bien o para mal.
Apenas son una serie de renders, pero ellos dejan ver lo que será el futuro bodykit de Wald para la Toyota Prado 250. Además, no que este preparador se caracterice por su sutileza. Con esta modificación a la cuadrada Prado, es inevitable ver su parecido con el Mercedes-AMG G 63. Quizá esa es la intención de Wald o quizá simplemente eligieron el estilo más despampanante posible.
La Prado con delirios de AMG
¿Por dónde empezar? El nuevo diseño neo-retro de la Prado por sí solo dividió opiniones. Algunos creen que es fantástico, otros prefieren la anterior Prado por ser más lujosa y nosotros creemos que la edición 1958 con faros redondos es la más bella. La creación de Wald no cae en ninguno de estos criterios. La cuenta de musculatura y esteroides subió a un 200%, haciendo que la Prado sea tan vistosa como absurda, quizá lo que muchos buscaban.
Doble versión, ¿doble la diversión y rudeza?
Por lo visto, Wald ofrecerá dos versiones: una “off-road” y otra más callejera. Ambas destacan por su enorme toma de aire doble sobre el capó, cual Pontiac Firebird, junto a pasos de rueda ensanchados con protección plástica y estribos. La defensa frontal abandona el ángulo de ataque de 31° en favor de una defensa protuberante. Una llena de ángulos agresivos, tomas de aire más grandes y unas luces LED auxiliares, reforzando el parentesco con una AMG G 63.
Los cristales de los faros principales fueron oscurecidos también, al igual que los embellecedores bajo la parrilla. El toque final es una rejilla de carga con más iluminación integrada y deflectores. La versión off-road posee una suspensión levantada con llantas M/T de un grabado más agresivo y rines tipo beadlock color bronce. En contraste, la variante “callejera” tiene una suspensión rebajada, llantas de bajo perfil y rines de al menos 23”.
Wald dice que este es apenas el abrebocas y que revelará el producto final, listo para quienes quieran ordenarlo, en los próximos meses. Ciertamente tendrá su público, que deseen una Toyota Prado más agresiva cortesía de este bodykit nada discreto. Ojalá la suspensión y motor tengan algunas mejoras, al igual que el interior, para justificar semejante cambio extremo.
De nuevo, nos quedamos con la Prado de fábrica, no gracias aunque el bodykit ciertamente es llamativo.