He aquí otro glorioso ejemplo de la ingeniería automotriz rusa. De los mismos creadores del longevo Lada Niva llega, bueno, esto. Se llama Amber (o Ámbar) y es un proyecto de la Universidad Politécnica de Moscú con la meta de crear un vehículo 100% eléctrico hecho en Rusia. Es como Photoshop en la vida real y entre más lo mire menos sentido tiene.
No sé si es orgullo nacionalista ruso pero los creadores de este proyecto lo denominan “el destructor de Tesla”. Comienzo a pensar que es un nombre irónico y los estudiantes que diseñaron esta abominación reconocen lo peculiar que es. Aun así considerando las restricciones que tiene Rusia respecto al resto del mundo, este intento de auto eléctrico es respetable. Es mucho más de lo que otras naciones han hecho en materia automotriz.
El reto de crear autos en Rusia
Algo de contexto: Rusia tiene un gran problema y es la ausencia de marcas. Consecuencia de la guerra que Vladimir Putin quiso provocar en Ucrania, todo tipo de gobiernos y empresas dieron la espalda a esa nación. Muchas marcas de autos vendieron sus fábricas o simplemente cerraron sus concesionarios, dejando a los rusos con pocas opciones a la hora de comprar un auto.
Haciendo ecos del viejo régimen comunista, si usted es de clase baja o intermedia tiene algunos Lada a su disposición o vehículos usados. Si es de los pocos con dinero puede importar el vehículo que quiera y al final muchos optan por quedarse con su auto actual.
Todas esas prohibiciones dejan opciones muy limitadas a la hora de tener un auto en Rusia. Así que en materia de desarrollar eléctricos es evidente que están “atrasados” respecto al resto del mundo.
El Quasimodo de los autos eléctricos
Volvamos a Amber, auto 100% eléctrico cuyos creadores tienen la confianza entrará en producción en Rusia a partir de 2025. Se ensamblará en la fábrica de Avtotor en Kaliningrado, Lugar donde se ensambló en el pasado modelos de Kia, BMW, Chevrolet y Chery.
Desconocemos los datos específicos respecto a su autonomía, potencia y otros detalles mecánicos. Sus creadores dicen que todas las piezas son de origen y desarrollo ruso, pero sospecho que muchos de sus componentes fueron importados de China. Nada de eso es relevante porque lo más impactante de esta creación es su diseño.
¡Tan solo obsérvelo! Tiene el rostro de un vehículo asustado que ha visto cosas escalofriantes. Sus ventanas pequeñas pero carrocería de van sugieren que es un Frankenstein entre algún hatchback genérico con un Lada Niva, cuyo chasis de escalera se presta para acomodar baterías.. Es como un Fiat Multipla cruzado con una máquina lavadora; o un modelo a control remoto sin marcas para no infringir derechos de autor. Algo hay que reconocer y es que su carrocería parece tan gruesa que debe resistir explosiones como buen tanque ruso.
Aun así, no puedo evitar mostrar algo de respeto por esta creación. Es lo mejor que pudo hacer un equipo de ingenieros rusos con lo poco que tienen a su disposición y eso es de admirar. Podrá ser feo, pero quiere ser el primer auto eléctrico de Rusia. Es como Quasimodo, un vehículo con buenas intenciones pero con una imagen que muy pocos lograrán apreciar.