- Publicidad -

Hemos podido conocer a fondo, y como nadie en el país, al auto más potente y exclusivo que Honda ha traído a Colombia. El Civic Type R es un ícono que representa la capacidad técnica de Honda a la hora de hacer un deportivo en todo el sentido del término. Con un precio que superior al Civic Si por casi 90 millones de pesos, ¿cómo se compara el Type R con la competencia?

Un poquito de trampa

Y no, no es que hayamos puesto al límite y estrenado una de las cuatro unidades (dos rojas y dos blancas) que Fanalca importó. Este review del Type R fue posible ya que conocí este hot hatch en México durante una sesión en un circuito lleno de cambios de elevación y curvas difíciles; perfecto para un carro así. También pude experimentarlo en calles de la vida real, algunas tan destrozadas como las de Bogotá. Con un volumen tan limitado, no habría sido justo para uno de los propietarios en potencia que su exclusivo juguete le llegara con el motor despegado por un puñado de periodistas con el pie pesado.

Hay algo difícil de entender en un Civic de 239 millones de pesos, pero esto tiene múltiples causas. Es un carro que llega desde Inglaterra, hay que considerar la taza de cambio a un peso cada día más débil y que el Type R en otros mercados ya es costoso. A eso sumémosle los implacables aranceles locales y el margen de ganancia para el importador que se atrevió a traer un producto tan particular a un mercado tan incierto. Pero no nos pongamos a hacer cuentas aburridas, mejor vayámonos con lo divertido.

A lo que vinimos…

El Honda Civic Type R es una fórmula muy diferente lo que generalmente concebimos como un hot hatch en Colombia. No es un rival del Volkswagen Golf GTI o del Seat León Cupra y, así tengan una potencia similar, tampoco del Audi S3, del Mercedes-AMG A 35 o del BMW M135i. Lo más parecido en enfoque sería un Ford Focus RS (que no hay en Colombia) o un Subaru WRX STI, modelos que resultan duros en el día a día y hacen algunos sacrificios para ser más efectivos en circuito. En un punto medio, aunque cercano, podría decir que el Civic Type R me recuerda al Hyundai Veloster N que manejé a finales de 2018 y dista mucho de los Veloster comercializados aquí. Un poco de contexto global no sobra.

Honda Civic Type R

Además, claro está, el Type R solo está disponible con una caja mecánica: nada de complicarse la vida con una doble embrague. Dicha transmisión es una de las claves del planteamiento purista de este Civic que agrega múltiples mejoras a un chasis que de por sí es bueno. Desde los bujes, los resortes y la alineación de la suspensión con amortiguadores de dureza variable, hasta las relaciones de la transmisión y su varillaje. Los frenos y todo el sistema de refrigeración del motor tienen mayor capacidad para estar a la altura de un dos litros estirado hasta los 306 caballos de potencia y 400 Nm de torque por medio de un turbocargador.

Y eso que acá llegaron autos de especificación americana y no las versiones europeas que entregan 320 HP. Todo este trabajo de ingeniería está respaldado por algunos ajustes aerodinámicos entre los que destaca un gigantesco alerón, aunque es imposible ignorar la cantidad de tomas de aire falsas. Detalles como esos, el triple escape y los acentos en rojo por todas partes rayan con lo exagerado o, si se quiere, el mal gusto; el Type R no es para todos. 

Conociéndolo como es

Pero justo la gracia de este artículo es hablar de cómo se siente el Honda Civic Type R cuando se maneja como se debe. Ahí es donde se empieza a reivindicar y compensa lo tedioso que puede ser en el día a día. Su carácter rígido y delicado se debe al corto recorrido de los espirales, el perfil de llanta casi inexistente o unos amortiguadores cuyos ajustes van desde duro hasta muy duro según el modo de manejo elegido. Los asientos no dejan margen alguno para moverse ni entrar o salir con facilidad por lo exagerado de sus soportes laterales. Sin embargo, en el entorno correcto, este aparato es un verdadero gozo.

Para que se haga a una idea de cuán dura es la suspensión del Type R: hace que un MINI JCW parezca suave, incluso un A45 AMG o un RS3 resultan más llevaderos. ¿Recuerda el 1M Coupé? Es una buena referencia para saber lo poco cómodo de este Honda a la hora de usarlo en ciudades como las nuestras. Sería muy fácil salir con ese cliché de que en Colombia no hay dónde disfrutar un carro así, pero es que un Type R en este entorno no es para uso diario… así en el fondo esté basado en un vehículo sensato, racional e inteligente, con una cabina espaciosa y bien aprovechada y una calidad bastante buena.

La parte hot de un hot hatch

Ese carácter versátil del Honda Civic normal sobrevive en el Type R, pero convertido en un animal especializado en devorar todo tipo de curvas. Una máquina que se pega al suelo de una forma casi anormal y transmite esas sensaciones que cada vez son más difíciles de encontrar. Sobre un asfalto bien mantenido y en un lugar que permita acelerar sin contemplaciones, el Type R da más confianza entre más rápido va uno. La inmediatez de la fiel dirección se traduce en cambios de trayectoria incisivos, nada de subvirajes prematuros o esa típica reacción de un tracción delantera de quererse abrir. Uno puede entrar más tarde de lo normal a giros cerrados y complicados, frenar sin tanta anticipación y ser más agresivo de lo que debería.

Unas llantas de compuesto blando y una puesta a punto pensada para la rapidez y no la comodidad son solamente dos de los componentes responsables de que el Type R cruce mejor que cualquier tracción delantera que hayamos manejado. Si el piso está seco, no hará falta la tracción integral de un STI. Es posible pisar el pedal derecho sin asco antes de enderezar el timón y no habrá algún tipo de vicio o pérdida de control. Llevar el Type R a ritmos altos es fácil: es de esos carros que nos hacen sentir mejores pilotos de lo que somos realmente. En caso de algún error garrafal, de todas maneras ahí están unos frenos contundentes, inmediatos y aguantadores. 

Único por concepto y por lo raro…

Otro punto fuerte es que la caja mecánica hace los rebajes con punta-tacón por sí misma. Automáticamente iguala las revoluciones para que los menos diestros podamos concentrarnos en no ser tan bruscos con un embrague algo pesado, pero fácil de modular. La pequeña palanca tiene un recorrido corto y delicioso, con ese tacto en el que da gusto hacer todos y cada uno de los cambios. Tan buen chasis al final opaca al motor que en realidad entrega sus 306 caballos en un margen pequeño de vueltas.

La mencionada caja manual, sumada a un control de tracción que se toma su tiempo en poderse anular del todo, hacen que la aceleración no sea el fuerte del Type R. Si busca algo para el cuarto de milla, este es el carro equivocado: mejor ahorrarse varios millones e irse con un Cupra o un S3. Pero el Civic Type R es perfecto si busca un paquete completo para disfrutar en un track day o en uno de esos time attacks que se han puesto de moda. También es ideal para salir sencillamente a disfrutar una experiencia de manejo auténtica en una de las tantas carreteras de montaña que hay en Colombia.

Honda Civic Type R

Si lo decepcionó que el MINI GP ahora es únicamente automático, sería buena idea quedarse con uno de los cuatro Type R que trajo Fanalca. ¿Quiere aún más efectividad, diversión y capacidades? Siempre se puede desembolsar más del doble por un Porsche 718 GT4; al lado de ese ejemplar, el Civic Type R es toda una ganga. Todo en contexto.

Manuel Fernández
Jurado World Car of the Year - He probado autos desde 2008, escribo y hablo de ellos - En Ciudad de México - De Bogotá, Colombia

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí