SSC-Ultimate-Aero-destruido
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Imagine imponer un récord de velocidad, superando a Bugatti y Koenigsegg para colmo, sólo para terminar en pedazos. Nada de gloria o celebración ni museos. Pues bien, eso fue lo que le ocurrió al SSC Ultimate Aero, un hypercar americano que hace casi dos décadas impuso un récord de velocidad y hoy es simplemente chatarra, fue destruido de la forma menos ceremoniosa. Es el equivalente a tirar un trofeo a la basura.

¿Cómo es eso siquiera posible? Se llama “vender dicho auto de récord a alguien”. SSC vendió al Ultimate Aero TT que impuso el récord, cambiando varias veces de dueño hasta terminar destruido. Es como si el actual dueño (o ex-dueño, ya que no queda nada) estuviese aburrido de su exótico americano y simplemente decidió llevarlo a un derby de demolición para borrarlo de la existencia.

Y para dejarlo claro, este SSC en particular fue el que marcó un récord de velocidad por allá en 2007.

Destruido sin piedad

Los derbys de destrucción son bastante comunes en Estados Unidos y el óvalo Tri-Cities en Washington no es ajeno a ellos. Porque no hay nada más entretenido que un six-pack de cervezas un sábado por la tarde, camiones monstruo aplastando viejos vehículos e incluso trituradoras mecánicas.

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Momentos antes del desastre. Note el chasis dañado del SSC y la carrocería rota, sugiriendo que tenía serios problemas.

Lugares donde un SSC Ultimate Aero no debería ser el centro de la destrucción. Pero henos aquí, reportan usuarios en redes que el dueño del SSC, ajeno a la marca, estaba “cansado” de tener un Ultimate Aero. Sea que no pudiese andar, que fuera defectuoso o algo por el estilo, en vez de venderlo decidió acelerar su paso al Valhalla automotriz.

Las imágenes no son aptas para sensibles. El otora auto más rápido del mundo yace en una pila de fibra de carbono destruida, luego de ser aplastado por un monster truck. Luego una grua mecánica conocida como “Megasaurus” levanta este auto capaz de superar los 400 km/h, aplastando todo lo que queda y quemando el resto.

No es el final ideal para un auto que, en 2007, destronó al Bugatti Veyron usando apenas un V8 biturbo hecho por Chevrolet, con 1.180 caballos de potencia.

De los libros Guinness al deshuesadero

SSC manifestó que no tuvieron nada que ver con la destrucción de este vehículo. Aparentemente no aprobaron la decisión del dueño, que de cualquier manera tomó la determinación de destruirlo y “tirarlo por la borda”.

Este Ultimate Aero TT se encontraba en un museo y “no era funcional” según Jerrod Shelby, dueño de SSC. ¿Por qué su dueño lo sacó del museo para destruirlo? No lo sabemos, ya que pudo venderlo u ofrecerlo a un mejor postor, no es que un SSC Ultimate Aero cueste menos de seis figuras en dólares.

Alguna vez este bólido americano llegó a los 412,58 km/h, destronando al Veyron por algunos años. Y si bien SSC decía que podía ir hasta los 440 km/h, nunca estuvo cerca de lograr esa velocidad. También era un modelo de baja producción, lo que puede explicar la calidad de construcción.

Sin embargo, es un final triste para un vehículo que escribió su nombre, del cual sólo quedarán las imágenes y recuerdos antes de su desaparición casi espectacular.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. Hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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