Con ustedes, la nueva película de Batman, y aquí en Fuel no nos resistimos a hacer su correspondiente review. Esta es la novena cinta del personaje, si no cuenta las animadas y la loca serie de los sesentas. Luego de un complicado paso por el Universo de DC, The Batman se libera y conforma una historia independiente de aquella saga. No es que “Batfleck” sea un mal actor, es que el material que le dieron no fue el mejor.
Este es el primer rodeo tanto de Pattinson como del director Matt Reeves en este género. La verdad es que, no se nota. Pero no se confunda, esta no es una trama de súper héroes. Lo que aquí ve es una historia policiaca, con misterio, crimen y tintes neo-noir. Apropiado, considerando que Batman es el mejor detective del mundo. En esta ocasión, el rol de vigilante también apropia ciertos tonos de “anti-héroe”, ya que se establece que, en los primeros años de Batman, no toda la gente aprecia su labor.
Una trama intrigante y bien lograda
Iniciemos el review de The Batman con un anuncio: habrá spoilers de la película. Está avisado. La película tiene una duración de casi tres horas, con todo y una escena post-créditos. Pero confíe en mí, no es para nada tediosa. La trama avanza de manera fluida y entretenida, con casi ningún tropiezo. La historia comienza con una serie de asesinatos, y con un Batman que decide refugiarse en el acto de vigilante para calmar su pasado y retribuirle algo a Ciudad Gótica. Con un Alfred que aparece poco, pero asume un rol de “padre adoptivo” de Bruce Wayne.
Junto a él está el Comisionado Gordon, quien parece el único aliado de Batman en la fuerza policiaca. La dinámica de estos dos casi parece la típica historia de amigos y policías, como Arma Letal. Pero sin chistes, sólo un deseo de justicia y respeto mutuo. Ambos se enfrentan a un asesino serial, que decide perseguir figuras corruptas en Gótica. No le daré pistas de quién es, y sólo le diré que es mucho mejor que la versión de Jim Carrey. El actor Paul Dano encarna un antagonista que es escalofriantemente real, y que afronta una problemática que envenena al sistema político hoy en día.
Este lleva a Batman y al Comisionado a un juego de encrucijadas y adivinanzas que realmente ponen a prueba los poderes de deducción de ambos, con el suspenso elevándose cada minuto. A ellos se les une Gatúbela, o Selina Kyle si prefiere. Interpretada por Zoë Kravitz, tenemos un contrapeso al Batman serio y atormentado, con una femme fatale al estilo de Nikita, que posee un pasado complicado y motivaciones muy claras. A causa del azote del asesino, los caminos de ambos se entrelazan y forjan una alianza con un… romance ambiguo.
Para no arruinarle más la experiencia, la película tiene dos escenas climáticas. Una que hace eco en aquella confrontación del Joker y Batman en El Caballero de La Noche; y una segunda que demuestra el poder de internet y el malestar global frente a las figuras de poder. Postdata: Sale el Guasón. No le voy a decir dónde ni por qué. Diviértase buscándolo.
Dirección, actuación y atmósfera notables
La dirección es excelente, y Matt Reeves logra una cohesión ideal en la película. La atmósfera de Ciudad Gótica es perfecta. Es casi tan caótica y deprimente como aquella en Joker de Todd Phillips, pero sumida en la oscuridad. Ayuda que casi todo transcurre de noche. La fotografía se compone de tonos grises y negros con colores lavados y la ocasional aparición de tonos naranjas o rojos para acentuar la acción o violencia. No es que The Batman sea sangrienta, pero no teme romper unos huesos aquí y allá.
Por el lado de la música, tenemos una magistral composición orquestal, dominada por el piano y los violines. Muy acorde a la imagen oscura de Batman. También hay una canción de Nirvana, y no puedo evitar pensar en que Kurt Cobain y este Bruce Wayne serían buenos amigos.
Siendo honesto con usted, Robert Pattinson (o Battinson de cariño) la rompe como Batman. Su caracterización tiene tintes de Jekyll y Mr. Hyde por su doble personalidad; y de Michael Corleone con su deseo de afirmar su liderazgo. Siempre que tiene el traje es una presencia dominante e intimidante. Es calculador, detallista y rápido al tomar acción. Personalidad que contrasta a un Bruce Wayne reclusivo, reservado y cargado de demonios.
Bueno, muchas palabras. ¿Y el Batimóvil?
¿Por dónde empezar? Ah sí, la moto de Batman. Tranquilo, ya pasamos al Batimóvil. A lo largo de la cinta el vehículo más utilizado por Batman es una moto hecha a la medida, que parece una mezcla de una Harley-Davidson Softail y un motor bóxer de BMW R90. Gatúbela tiene su propia moto, un clon de la Highway Fighter creada por Kaichiroh Kurosu, quien fabricó una para la película.
Ahora sí, el Batimóvil. Las cosas como son: el auto sale, por mucho, 10 minutos en pantalla. Pero cuando sale esta bestia en todo su esplendor, se roba el show porque protagoniza una excelente persecución. Se supone que Bruce Wayne construye este auto con partes sueltas, y el resultado es un muscle car que sería la envidia de Dominic Toretto o de Max Rockatansky.
En pantalla, el auto tiene un V8 montado atrás con un motor de jet, un frente reforzado y una consola central con aditamentos modernos. En realidad, es un Dodge Charger o Plymouth Roadrunner, con líneas inspiradas en el Batimóvil de Adam West, y un motor de Chevrolet (probablemente un LS) con dos turbos y 627 hp. La producción usó 4 autos: Uno para saltos, uno con este motor Chevy, y uno con un chasis de Tesla para aceleración. Además, Pattinson también conduce un precioso Chevy Corvette C2 en una escena.
En conclusión…
¿Cuál es el veredicto? Pues, que queremos un Batimóvil muscle car. Sobre la película, bueno. Definitivamente, no es una historia para todos. Es una historia que se independiza de todo DC Comics y anteriores Batman. Además de ser una cinta muy bien lograda, con gran actuación, atmósfera, diálogos y acción.
Si usted gusta de géneros policiacos, misterio y crimen, vaya a verla con gusto. Me atrevo a ponerla al mismo nivel que Watchmen, Joker o Logan. Si usted espera un Deadpool o Iron Man, mejor evite la decepción.