Aquí está, el último de un largo linaje de modelos ingleses con elegantes carrocerías coupé y un enorme motor V12 en la parte frontal. Si quiere uno le aconsejo correr, porque sólo serán 333 unidades que, sospecho, se venderán en menos de un santiamén. Aston Martin creó el V12 Vantage definitivo, con la silueta que caracteriza a la marca y a los ingleses, un nuevo traje deportivo para confirmar que esta bella máquina también es muy rápida y ágil; y el último motor V12 que construirá Aston Martin, el cual también le dio vida al V12 Speedster y DBS Superleggera. Apuesto que el próximo James Bond ya está apartando uno de estos bebés.
Sabemos que muchos dirán “pero Aston Martin aún tiene motores V12 y a gasolina”. Y está en lo cierto, porque el Valkyrie aún usa un motor así, sólo que desarrollado por Cosworth. Este V12 Vantage es, literalmente, el último en su linaje que construirá propiamente Aston Martin. Y qué despedida, porque, a juzgar por el sonido que ya había compartido la marca, tiene todos los tintes de un motor que suena glorioso. Tan único y reconocible como el V8 o V12 de un Ferrari, o el V10 de un Lamborghini.
Para el agente secreto más exigente
Vamos al motor, porque sé que usted se muere por conocer los detalles. Aston Martin tomó el V12 5.2L twin turbo del DBS Superleggera, refinándolo para situar su potencia en 690 caballos y 753 Nm de torque. Si bien es un poco menos potente que el DBS, este Aston Martin V12 es más poderoso que cualquier otro Vantage que se haya construido. Todo este poder se transmite a las ruedas traseras a través de una caja de doble embrague secuencial de 8 marchas, con un diferencial autoblocante mecánico (LSD). Aston Martin dice que los cambios de marcha son casi instantáneos, además de ser capaz de una velocidad tope de 322 km/h y un 0 a 100 km/h en 3.5 segundos.
La marca también le dio buen uso a su conocimiento en Fórmula 1, con una carrocería más rígida en fibra de carbón, un splitter frontal que funciona en conjunto con un alerón y difusor trasero; capaces de una carga aerodinámica de hasta 204 kg, si circula a 320 km/h. Sólo falta que se vuelva invisible, como aquel V12 Vanquish que Q le da a Bond.
Aston Martin puso especial atención a la suspensión, con barras antivuelco más rígidas y una configuración más dinámica; así como los enormes frenos en carbón cerámica con seis pistones adelante, y cuatro atrás. El V12 Vantage es 40 mm más ancho que un Vantage regular, para acomodar unos anchos cauchos Michelin Pilot Sport 4S de 275/35 adelante y 315/30 atrás. Los rines son de 21”, con dos variantes al gusto del cliente.
Cada V12 Vantage será único
Con todo ese arsenal en su exterior, Aston Martin podría instalar el interior más básico en el V12 Vantage y no haría diferencia. Pero son ingleses, por supuesto que tienen que incluir lujo. No puede faltar la mezcla de cuero y fibra de carbón adornando la cabina, sillas opcionales tipo cubo, insertos en Alcántara, y un servicio de personalización para cada cliente, para que ningún V12 Vantage se parezca a otro.
Aston Martin sólo construirá 333 unidades del V12 Vantage, un número bastante específico. Algo que no es claro es el precio, que probablemente esté por las nubes. Posiblemente cueste el doble de un Vantage estándar, el cual ronda los 150.000 dólares. Ese es el precio a pagar por semejante poema de despedida al V12 que con tanto cariño produjo Aston Martin durante décadas.