Hyundai está determinado a poner insignias “N” en cuanto vehículo se les atraviese. Debe ser porque tienen logos de sobra. Con el rumor de un IONIQ 5 de alto desempeño, y las ganas de ver una Staria o una Tucson llevando esta insignia, Hyundai presentó una versión especial del i30 N denominada Drive-N, ahora con más letras N y limitada a 800 unidades. La mayoría de las cuales serán sólo para Europa, con unas 180 abriéndose paso hacia Australia. Ni siquiera la natal Corea del Sur recibe esta sobrecarga de N.
Sin embargo, esta no es una inyección con más poder al i30 N. Los cambios se limitan únicamente al apartado estético, con un poco más de lujo y apliques ligeramente más deportivos. No que el i30 N esté corto en potencia, ya que es uno de los modelos más reconocidos de Hyundai, así como un hot hatch bastante popular. La versión Drive-N utilizará exclusivamente el motor 2.0 turbo junto al performance pack, entregando 276 hp y 392 Nm de torque a las ruedas delanteras. Una transmisión manual de seis marchas, o una secuencial DCT con embrague húmedo de 8 son las opciones para este modelo especial.
Tributo al Nürburgring y los años ochenta
Entonces, ¿qué ofrece de nuevo el Hyundai i30 N Drive-N? En esencia, todo lo que incorpora la versión Premium, pero con más pompa. Este modelo puede elegirse en carrocería hatchback o fastback, y sólo hay dos colores a elegir, Phantom Black Pearl o una nueva tonalidad, Serenity White Pearl. La verdadera sorpresa es que Hyundai no opte por incluir algo de su icónico Performance Blue. La marca también incluye unas calcomanías que recorren los costados del i30, con un diseño muy ochentero. Sólo que más discretas que los stickers de los autos de aquella época.
Las insignias y logos del Hyundai i30 N reciben el clásico tratamiento oscurecido, porque negro significa más deportivo, y una placa especial Drive-N adorna los guardabarros. Esta última incluye las coordenadas del centro de pruebas de Hyundai en el Nürburgring. Rematando el look exterior, están unos rines de 19 pulgadas, con un llamativo tono bronce para contrastar con el negro o blanco de esta edición especial.
Hyundai no se olvidó del interior, que también recibió un retoque. El volante, palanca de cambios, freno de mano y apoyabrazos central son recubiertos en alcántara, en vez de cuero. Los asientos, tapetes y parales reciben nuevos acentos en color rojo, al igual que las costuras que rematan todo el interior. Como no puede faltar en una versión especial, hay una placa con el número de serie correspondiente a cada uno de los Drive-N. Si bien todo este apartado estético es fantástico, una pequeña inyección de potencia para superar los 300 hp no hubiese estado de más. Ya será para la próxima ocasión, quizá con una nueva generación del i30.