Contemple esta creación, porque parece que alguien estuvo viendo todas las películas de Mad Max y quiso construir su propio vehículo para el apocalipsis. Lo que aquí ve es la particular unión entre un Lamborghini Diablo y un Jeep Cherokee (o Liberty) para crear la máquina 4×4 más extrema y llamativa que verá hoy. Todo un digno sucesor al híper musculoso Lamborghini LM002 de los años ochenta.
El lugar de nacimiento de esta creación no puede ser otro que en el corazón de Estados Unidos. Allí parece que los mecánicos locos están dispuestos a darle forma a todo tipo de creaciones, algunas tan creativas y fantásticas como este Jeep con cuerpo de Lamborghini (¿o Jeeporghini?), y otras no tan atractivas o bien logradas, como una copia de un Gallardo, o 4×4 ridículos. Si bien el proyecto no está completo, va por muy buen camino y el objetivo de su creador es “usar el auto a diario” como un vehículo normal. Uno muy llamativo, eso sí.
4×4 extremo en construcción
Lo interesante de este proyecto es que no utiliza un Lambo real. En su lugar, la carrocería que aquí ve es una réplica muy bien hecha de un Lamborghini Diablo, colocada sobre el chasis del Jeep. Esta carrocería es de fibra de vidrio, y nos asegura que ningún Lamborghini real fue masacrado para crear este proyecto. Lejos de ser un Diablo con suspensión levantada, como la réplica de un 911 Safari, este auto se acerca más a un loco prototipo de Nissan, con una pizca de Suzuki Vehicross. O a un Local Motors Rally Fighter.
En cuanto al Jeep que donó sus partes para darle forma a este loco proyecto, en algún punto del pasado era un Cherokee de tercera generación (KJ). Por lo visto en las imágenes, era un ejemplar que no se veía nada mal, hasta que conoció el poder de una sierra eléctrica. El Jeep fue cortado a la mitad, perdiendo todo su techo y parte de sus parales, para apenas dejar el motor, sillas delanteras y tablero.
Sobre lo que queda se acomodó la carrocería del Diablo, y la meta es ajustar perfectamente la silueta de este clásico supercar al chasis del Jeep, que ahora rueda en unas enormes llantas todoterreno. En términos de potencia, el V12 del Diablo está ausente, y en su lugar está un V6 de 3.7 litros y 215 hp. Pero esto es Norteamérica, y un motor V8 es tan fácil de conseguir como una hamburguesa. Así que un cambio de motor para este “Jeeporghini” no es la idea más descabellada.