Imagine que es el año 2003 de nuevo, cuando el Play Station 2 y Xbox eran el pináculo de los videojuegos. Need for Speed aún era el rey de los juegos de carreras, y muchos soñaban con tener en sus paredes un póster del Ferrari Enzo o Lambo Murciélago. Solo unos pocos tuvieron el privilegio de estrenar uno de esos Ferrari Enzo a inicios del milenio, y sorpresivamente existe uno que jamás fue destapado ni utilizado, y está a la venta por si quiere darse el regalo máximo del mundo motor.
Sí, antes de que el Bugatti Veyron llegara e impusiera respeto golpeando la mesa con sus casi 1000 hp, el Enzo era el hypercar a tener. Por eso es sorprendente que alguien haya conservado uno guardado casi como vino de fábrica durante dos décadas exactas. O es un coleccionista que sabía que su valor iría por las nubes, o simplemente alguien que jamás quiso manejarlo por miedo a dañarlo. De cualquier forma, este ejemplar de Ferrari Enzo está a la venta, y alguien cumplirá ese sueño de destaparlo y estrenarlo como si fuera 2003 otra vez.
Cavallino “en reposo”
¿Quién en su sano juicio conserva un Ferrari Enzo sin conducirlo o estrenarlo? Aparte de un museo, alguien que pensó que un día valdría mucho dinero. Una lástima, ya que un Cavallino de semejante calibre merece estirar sus piernas y galopar a gusto, al menos una vez al año. El Enzo es una de las máquinas más impresionantes que han emergido de Maranello, una obra de arte no solo para contemplar en reposo sino en movimiento, con el andar de su armonioso V12.
Pero como suele ser el caso de muchos ejemplares de autos exóticos, este Enzo permaneció dormido. Con solo 227 km en su odómetro, la mayoría de ellos agregados por pilotos de prueba de Ferrari, es quizá el Enzo a la venta más inmaculado. Este jamás fue registrado, simplemente viajó a Japón donde estuvo guardado estas dos décadas.
Para que se haga una idea de lo nuevo que es, los protectores plásticos en los pedales, estribos y freno de mano jamás fueron retirados. El juego de maletas en el baúl delantero también permanece en su empaque. Es el candidato perfecto para el unboxing más caro que se pueda imaginar, y RM Sotheby’s estará a cargo de su subasta.
Un ejemplar de museo muy exclusivo
Lo triste del asunto es que después de tanto tiempo, quien compre este Enzo no lo conducirá como merece. Está condenado a ser una pieza de museo para jamás desempacar, aunque queda la esperanza de que alguien con demasiado dinero quiera usarlo de verdad.
Para aumentar su rareza, este ejemplar en particular es uno de nueve Enzo con un tono plateado que Ferrari denomina Argento Nürburgring. Puede que el rojo sea el color más tradicional, pero este plateado es extremadamente raro y seguramente duplicará el valor del ya caro Enzo. Y si eso no es suficiente, su V12 de 651 galopantes caballos de potencia se halla en perfecto estado, listo para rugir de nuevo. Sin duda, un regalito con 20 años listo para desempacar.