Que haya un nuevo Mustang en la cuadra, o mejor dicho establo, no significa que el potro de sexta generación ya no tenga nada en el tanque. Eso y que el nuevo Mustang aún no llega a manos de nadie. El punto es que Saleen es una compañía experta en modificar todo tipo de Ford Mustang, y lleva 40 años en esas andadas. Así que tenían que celebrarlo de alguna manera.
Como ya podrá imaginarlo, la ocasión es marcada por un muscle car especial. La compañía de Steve Saleen apaga las velitas de sus 40 años con este Mustang SA-40 Speedster, que entre otras cosas tiene una pintura amarilla vistosa, perfil más aerodinámico y una sustancial mejora en su V8. No sería Estados Unidos sin un V8 enorme, ruidoso y con cantidades obscenas de poder. Por cierto, el primer SA-40 será subastado para beneficiar a una fundación que combate el cáncer en EE.UU.
Cuatro décadas de Mustang
Difícil creer que la historia de Saleen comenzó hace 40 años, primero ofreciendo entre otras cosas sobrealimentadores para el Mustang de la época (Fox Body). Aunque son más recordados por el excelente S7, quizá uno de los pocos hiperautos que EE.UU. ha producido, la compañía jamás dejó atrás sus raíces. Hasta hoy siguen modificando al Ford Mustang, al igual que otros productos del Óvalo Azul.
Este SA-40 Speedster es en esencia un Mustang GT convertible, pero con varios cambios. El primero está en su V8 Coyote de 5 litros, que ahora tiene un sobrealimentador y otras mejoras en el escape para producir 800 caballos de potencia y 915 Nm de torque. Más que un Shelby GT500, por si se lo preguntaba. El chasis, suspensión y frenos todos fueron mejorados para administrar ese salto en potencia, casi el doble de un Mustang GT regular.
Su diseño acompaña bien el rugir del V8, con un perfil más aerodinámico, las clásicas barras antivuelco en fibra de carbono y túneles de un speedster tras la cabina y un discreto spoiler en la parte de atrás. Nada exagerado como algo que harían Hennessey o RTR, pero sin quedarse atrás en potencia. Serán 10 unidades de este potro de cumpleaños, cada una por la módica suma de 142.000 dólares. Ese es el precio a tener algo distinto a los demás y que les haga preguntarse “¿qué clase de Mustang es ese?”.
