¿Preparados? ¡Listos! Tome su casco de carreras (ficticio o real) y su control de Play Station o volante para simulador porque es hora de analizar la película del momento. No, ya no es Oppenheimer ni Barbie, ellas se ven mejor en el vidro retrovisor. Este es el review de Gran Turismo que usted no sabía que necesitaba antes de decidirse definitivamente si ir a verla o no.
Nosotros los fanáticos de las carreras y los autos tenemos pocas películas al año para gozar, contrario al mundo de los videojuegos quienes ya tienen varias cintas para disfrutar. En Gran Turismo se encuentran esos dos mundos de manera armoniosa, invitando a los gamers y petrolheads a ir de la mano para verla. La versión corta del review es que sí, vale la pena ver Gran Turismo. Eso es todo, sigan con sus vidas.
Calentando motores
¡Momento! Aquí no dejamos las cosas a medias, ¿de verdad vale la pena? En su mayor parte sí. Obra del director de District 9, Neill Blomkamp, Gran Turismo hace varias cosas muy bien, enganchando a un sector particular de cinéfilos pero invitando a espectadores de todos gustos.
El problema es que Gran Turismo estuvo cerca de ser una gran película, pero se quedó corta en ciertos aspectos que son difíciles de reconciliar. No son solo pequeños errores o cosas mínimas, son detalles narrativos y visuales que mancharon la grandeza a la cual estaba destinada Gran Turismo. Una palabra de agradecimiento a Michelin Colombia, quienes nos invitaron a una función excelente en el Centro Comercial Hayuelos.
Gran Turismo no falla con lo bueno
La película hace varias cosas muy bien sin desviarse, empezando por la caracterización de su personaje principal, Jann Mardenborough. Este es un joven real que demostró su talento en Gran Turismo y recibió un tiquete de Nissan y Polyphony para obtener una chance de competir en el mundo real.
La película tiene una buena línea argumental, llevando un “ritmo de carrera” rápido donde necesita ser veloz y pausado en los momentos introspectivos. Las escenas de acción prácticas y tomas con drones traen un aura de grandeza y realismo a Gran Turismo. Es una coreografía bien pensada que funciona de maravilla con la actuación de varios personajes, incluyendo nuestro protagonista y sus relaciones más cercanas. No solo eso, está la cinematografía que glorifica a los autos cuando son reales y que cautiva con su belleza.
Spoilers de aquí en adelante, está advertido
Archie Madekwe, quien da vida a Jann, hace un trabajo excelente a la hora de encarnar un joven adulto fanático de los autos y videojuegos de carrera. Es como verse reflejado en la pantalla, si usted al igual que yo ama esos dos mundos. Es un papel creíble con el que es fácil identificarse y sentir empatía, son palpables los obstáculos que Jann debe superar para pasar del mundo virtual a la realidad, y eso incluye las relaciones con su familia y mentor.
El gran Djimon Hounsou, actor infravalorado, parece el típico papá que no comprende a la juventud de hoy. Pero hay una escena magnífica hacia el final de la película en donde estalla de emoción y empatía, robándose el espectáculo. David Harbour (de Stranger Things) también sostiene la narrativa, actuando como el mentor ficticio de Jann, Jack Slater. Un ex piloto que se alejó de las carreras por un accidente y no cree que un gamer pueda ser piloto de verdad.
Varias canciones de Kenny G y Black Sabbath después forma un lazo “padre e hijo” con Jann que es cliché, lo sabemos, pero aterriza lo que en términos globales es la adaptación de un juego a la realidad.
Tal vez Blokamp pudo crear una historia ficticia estilo Ready Player One donde varios gamers viajan al universo Gran Turismo. Pero plasmar nuestro sueño de ser pilotos en la vida real, de la pasión por los videojuegos de carreras y de mostrar un personaje triunfador fueron la decisión acertada.
No temo equivocarme al decirle que dos tercios de la película son excelentes, a pesar de ciertos detalles que chocan aquí y allá. Pero ese es el problema, el último acto que se supone debe ser grandioso nos roba del podio al que se encaminaba Gran Turismo.
Gran Turismo duda… cual piloto novato
La gran problemática de Gran Turismo, al menos en nuestra apreciación o review, es su tono e intención. Se supone que es la adaptación de la historia de Jann Mardenborough, quien realmente se graduó de la Academia GT y compitió en muchas disciplinas auspiciado por Nissan. Hasta el podio (en su clase) de Le Mans es cierto. Pero Gran Turismo insiste en meter elementos ficticios a esta historia real y mancha lo que hasta allí era una narrativa que no necesitaba fantasía.
Esto, junto a la indecisión frente a ciertos elementos es evidente desde el inicio. Hay personajes como Danny Moore (Orlando Bloom), quien convence a Nissan de patrocinar la idea de buscar pilotos virtuales y darle las llaves de un Nissan GT-R. Mister Legolas hace un buen trabajo con su papel y como buen oportunista a veces se viste de antagonista frente a Jann (por no tener la cara más comercial), y al siguiente momento salta y lo apoya. Y está el equipo ficticio Capa con el típico piloto que es solo un niño rico. Tener este villano no le quita ni le pone a la película, y hay momentos que el guión reconoce esto y deja ser a Jann y su equipo, solo para traer de regreso al equipo Capa en la última carrera, por razones que solo ellos entienden.
A mi juicio el antagonista real de Gran Turismo era el mundo. Ese que no creía que un gamer podía ser piloto, y Jann se esfuerza para cerrar bocas y reponerse de su accidente. Estos titubeos narrativos le roban ritmo a la película, que al final se siente algo amateur narrativamente, un paralelo irónico junto a la trayectoria de Jann como piloto.
Lo imperdonable
Pero el clavo más doloroso de una película excelente fueron los efectos. Gran Turismo nos seduce con secuencias de acción prácticas y reales al inicio, con una pizca de gráficos como el videojuego en el que se basa. Esas tomas espectaculares con drones, cámaras siguiendo en tercera persona la acción, los pilotos en la cabina, en fin. Todo se cae (irónicamente) luego del accidente de Jann, muy similar al sufrido por Mark Webber y Peter Dumbreck en Le Mans.
La última carrera es las 24 Horas de Le Mans, en la que Jann y NISMO lograron un podio en 2013. La Sarthe es un circuito con calles públicas que evidentemente no pudo alquilarse para la grabación, eso lo entiendo. Pero el contraste de los efectos digitales con las tomas reales es equivalente a rasgar un pizarrón con una llave metálica. Se ven apresurados, y la situación actual con los animadores podría ser la explicación.
A eso agréguele los anacronismos e insistencia por agregar elementos ficticios a UNA HISTORIA REAL que por sí sola es digna de película. Lo que hizo Jann Mardenborough no merece ser adornado porque es notable, pero Nissan o Play Station “metieron mano” probablemente y agregaron esos elementos que chocan. ¿El logo nuevo de Nissan en 2013? ¿Una Qashqai de última generación? Son detalles que se notan si usted sabe del tema y arruinan la experiencia. Nada más el prototipo con el que Jann obtuvo su podio en Le Mans era un prototipo Gibson/Zytek de cabina abierta con un V8 de Nissan. En la película es un Ligier JS PX que no está homologado para prototipos LMP2. Ah y la historia de amor sobraba, pero no es algo que arruine la película.
¿Es buena? Sí. ¿Es la mejor? Pues…
¿Es una película cinco estrellas? No, ni siquiera sin esos errores. Pero en nuestro review Gran Turismo se lleva unas cuatro estrellas si quiere calificaciones, solo por plasmar en la pantalla el sueño de muchos. Si usted jugó Gran Turismo o cualquier otro juego de carreras y no se siente identificado con Jann entonces perdió el año, porque la película hace un excelente esfuerzo por lograr esa conexión con la historia y su personaje.
“Le faltó cinco para el peso” como se diría coloquialmente. Ford v Ferrari tiene un mejor climax en Le Mans que Gran Turismo, y sin efectos digitales que resaltan más que una corbata fucsia. Rush tiene mejores efectos (con 10 años a cuestas); Días de Trueno o Le Mans con Steve McQueen son mejores películas de carreras, en fin. Pero como adaptación de un videojuego es de las mejores. Sí, mejor que Sonic y Mario, vengan a mi haters.
Pero no se quede sin ver Gran Turismo, vale la pena para nosotros los “gomosos” por los videojuegos o carros. Si usted es como yo ese intro con Kazunori Yamauchi (interpretado por otro actor) le pondrá la piel de gallina. Muchas escenas en pista encantan, la coreografía con los autos es un deleite y al final del día es una forma excelente de pasar 2 horas reconociendo referencias al juego, a las carreras y hasta el mundo real.
Por cierto, el verdadero Jann Mardenborough fue su doble de acción en la película y consultor de las escenas. Hay que reconocerlo sin envidia: el hombre vivió el sueño de todos nosotros.