Desde su aparición y su algo tardía llegada a Colombia, el primer Kona, aunque competitivo, era difícil de mirar con seriedad gracias a su raro diseño y a detalles que lo hacían lucir simplón. Ya manejamos en primicia la segunda generación del Hyundai Kona como jurados de los World Car Awards, y nos damos cuenta de sus importantes cambios de fondo.
Superando los cuatro metros de largo y adaptando la identidad de otros Hyundai lanzados recientemente en el mercado internacional, da la impresión de que el Hyundai Kona dio un paso importante en madurez. Sigue siendo lo suficientemente distinto al paisaje usual de crossovers subcompactos, si bien es más sofisticado y la impresión de calidad sube cortesía de un mejor juego de texturas en el interior y, cómo no, una presencia que al parecer será más atemporal que las extrañezas de su predecesor.
Acertado vehículo familiar con sello coreano
Ahora en la barrera de los 4.4 metros, el espacio es uno de los grandes beneficiados, con una segunda fila de asientos mucho más utilizable que convive, además, con las pantallas dobles de 12 pulgadas que dominan un tablero limpio y práctico y se operan a través de gráficos intuitivos y bien conseguidos. Los asientos y la sensación general de solidez son una consecuencia evolutiva del cuidado en la calidad de construcción que Hyundai ya lleva puliendo desde hace varios años y, aunque no es tan evidente en un mercado tan pequeño como el colombiano, es algo más aparente en países con mayores volúmenes.
El carácter del Kona también se refleja en su manejo también: más que ser el primo un poco menos irreverente del Kia Niro, su puesta a punto está muy bien separada del producto de la casa hermana, con una suspensión blanda y silenciosa que no invita a una conducción apurada y lo convierte, más bien, en un aparato para enfrentar la ciudad sin mayores inconvenientes y de paso puede hacer un viaje de mediana distancia sin sentirse fuera de lugar. La visibilidad es buena, la postura de conducción alta, los asientos muy bien conseguidos y el desempeño correcto.
Variante eléctrica con más ímpetu
Y ya que mencionamos el desempeño, pudimos conducir dos unidades: una con un 1.6 turbo de 195 caballos de potencia y una caja automática de ocho velocidades que difícilmente llegará a Colombia. Un arranque un tanto letárgico y una caja suave y solo lo suficientemente inmediata nos hace preferir una mucho más consecuente y coherente variante eléctrica, con los mismos 201 caballos y el saludable torque de 254 Nm del Niro eléctrico, así que la aceleración lineal e inmediata es algo que aumenta el agrado de uso, sin llegar a cifras que comprometan esa serenidad y permanente sensación de control en algo que está pensado para ser conducido por personas a las que les da igual la velocidad. El más claro delator del Kona sin motor de combustión, aparte de la tapa frontal para cargarlo, son unos acentos verdosos que rompen a propósito con la armonía interior.
La conclusión con el nuevo Kona, después de un breve pero jugoso contacto inicial en nuestra prueba para los World Car Awards, es que sería un buen integrante de la gama Hyundai en el país. No se sabe de forma oficial cuándo llegará a Colombia, pero no es atrevido pensar que a mediados de 2024 ya tengamos datos más concretos de su lanzamiento. Mientras tanto, el que pueda hacerse uno de los últimos 2023, tampoco está haciendo una mala compra en absoluto.
Hyundai Kona 2024
Largo | 4.38 metros |
Tipo de motor | Cuatro cilindros turbo 1.6 / eléctrico síncrono |
Potencia | 195 hp (Kona Turbo) / 201 hp (Kona eléctrico) |
Torque | 265 Nm (Turbo) / 255 Nm (EV) |
Tracción | Delantera |
Capacidad de la batería (EV) | 65.4 kWh |
Transmisión (gasolina) | Automática, 8 velocidades |