El advenimiento de los vehículos con propulsión alternativa está trayendo unos efectos muy preocupantes en el disfrute de conducir. Esta es una forma intrincada de decir que manejar (o pilotar una moto) se está volviendo aburrido, todo por culpa de los vehículos eléctricos. En un intento de afrontar el problema, Kymco patentó un sistema de transmisión manual para sus motos eléctricas. ¿Le suena a déjà vu? No se sorprenda, ya que Toyota está en el mismo proceso desde hace un tiempo para automóviles.
A decir verdad, es muy subjetivo decir que un vehículo eléctrico sea aburrido de manejar, ese placer depende de muchos factores. Para poner un ejemplo, es difícil que alguien se aburra en un Rimac Nevera. Lo que sí es cierto es que hay una desconexión entre el piloto y la máquina, ya que además de la falta de la transmisión manual, no hay sonido natural del motor ni vibraciones mecánicas. Si eso es puede ser incómodo en un auto, en una moto es un pecado capital. Sin carrocería o aislamiento que estorbe, una moto debe entregar sensaciones más puras y si eso se ve comprometido por la electrificación, puede caer en el terreno de la insipidez. Y ya sabemos cuál es el castigo a la insipidez.
Tecnología de antaño para problemas modernos
Para evitar cometer ese pecado y preservar esa conexión entre hombre y máquina, Kymco está en el desarrollo de una transmisión manual para motos eléctricas. Esas patentes están aplicadas en 2 motos que se presentaron en el EICMA del 2022, las RevoNEX Y SuperNEX. Este par de motos conceptuales muestran como serían una deportiva y una naked eléctricas de alto rendimiento, pero además de sus diseños brillantes y estrambóticos, venían con una palanca de cambios y una manigueta de embrague.
Eso no llamó la atención en su momento, pero recientemente se filtraron en internet unas patentes que indicarían que esas piezas son funcionales, o algo así. Al parecer, estos controles solo simulan el funcionamiento de una caja de cambios, todo a pesar de que en estos modelos el motor está instalado dentro del chasis de la moto y no en la rueda trasera, como es costumbre.
Lo mismo, pero simulado
Sabiendo que no tendría una maquinaria real, la transmisión manual de Kymco modificaría la entrega de potencia del motor eléctrico y su sonido artificial. Al acelerar permitiría ajustar la entrega de torque para que vaya disminuyendo a medida que suben los cambios. Al desacelerar, podría trabajar junto con un generador eléctrico para simular el freno motor y se desactivaría al aplicar el «embrague».
Toda esta actuación se remata con un tablero de instrumentos, una pantalla que simularía un tacómetro y un selector de marchas. En teoría, esta transmisión simulada parece bien lograda, pero eso mismo pensamos del sonido de escape falso en los automóviles cuando se presentó la idea hace tantos años. Ya veremos si Kymco logra hacer un sistema convincente para mantener el placer de rodar en una moto.
