Cuando un auto de carreras en una sola temporada logra ascender a un estatus de culto y reverencia, incluso si no ganara el título, es porque dicho auto es increíblemente especial. El Audi 90 de la categoría GTO de IMSA compitió solo una temporada, pero dejó un claro impacto en la mente de muchos. Tanto así, que Audi decidió honrar la memoria del 90 GTO con su station wagon definitiva: el nuevo RS 6 Avant GT.
Es, sin duda alguna, el modelo Avant más poderoso y deseable (de producción) jamás concebido por diseñadores e ingenieros de los Cuatro Aros. Bueno, segundo más deseable si considera que ese trono le pertenece al Audi RS2. Aun así, esta bestia poderosa y práctica no defrauda el legado del Audi 90 GTO, iniciando por sus colores.
Cuatro aros con impacto
En la década de los ochenta Audi no era el gigante del automovilismo que es hoy. Para entonces su legado estaba en el Grupo B de rally, donde su bestia de cinco cilindros turbo, el Quattro, brilló en manos de Walter Röhrl y Michèle Mouton. Con la extinción del Grupo B, Audi necesitaba algo para “calmar el bichito” del automovilismo.
Ese lugar fue IMSA, categoría norteamericana a la que decidieron entrar con el Audi 90 y las entrañas del extinto Quattro S2. Cinco cilindros, chasis tubular, más de 700 hp y las manos de Hurley Haywood y Hans-Joachim Stuck brindaron siete victorias en 1989. La única razón por la que no se alzaron con el título fue por no entrar a todas las válidas de ese año.
No ganó, pero ese intimidante Audi 90 y sus colores blanco, rojo, gris y negro dejaron huella en la mente de muchos.
¿Cinco cilindros? ¡Mejor un V8!
Gracias al 90, podría decirse, Audi decidió apostar a las categorías de resistencia y turismo. Bajo esa lógica sin el Audi 90 no existiría el R8, R10, R15 y R18 tan recordados en Le Mans. El legado del 90 GTO no cae en saco roto y en este 2024 Audi salió con el tributo perfecto a esa historia.
Fruto de un concepto de sus estudiantes, Audi decidió “madurar la idea” y llevar a producción al RS 6 Avant GT. Edición limitada a 660 ejemplares para todo el mundo, todos con la decoración blanca, roja, gris y negra que caracteriza a Audi.
El V8 twin turbo de 4,0 litros no iguala al cinco cilindros del 90 GTO; no obstante es capaz de otorgar 621 hp y 850 Nm de torque legales para transitar en la calle. Mismo poder del RS 6 normal, pero la versión Avant GT es dos décimas más rápida de 0 a 100 km/h (3.3 s), cortesía del uso liberal de fibra de carbono.
Ello, combinado con una aerodinámica más agresiva en los pasos de rueda y spoiler al igual que tracción quattro retocada con diferenciales más precisos. Por primera vez el RS 6 Avant recibe suspensión ajustable con amortiguadores más firmes, modos de manejo que reducen el subviraje y el toque final son frenos carbocerámicos.
Tributos llenos de nostalgia
La cuota estética del Audi RS 6 Avant GT que, por cierto, es ensamblado a mano, inicia con esa combinación de colores. Faltó el gigantesco numero 4 o 44 junto a las calcomanías Audi quattro, pero el homenaje es lo que cuenta.
Rines especiales de 22 pulgadas calzan al RS 6 Avant GT y mejoran la refrigeración de los frenos, así no tengan el diseño de turbina del 90 GTO. Insignias especiales por doquier, un spoiler de dos niveles atrás, una cabina con muchas costuras rojas y más insignias RS 6 GT completan el look, junto a superficies en cuero dinámica y material microperforado completan el tratamiento estético.
Cada unidad está numerada, porque no todos los días se ve un Audi coleccionable. Quizá esta es la forma final del Audi RS 6 Avant antes de su salto hacia la electricidad y no se me ocurre mejor manera que despedirlo. Bueno, a menos que ABT tenga algo que decir al respecto y eleve a este tributo del mítico 90 GTO por encima de los 800 hp.