El Chevrolet Corvette C8 es una obra maestra americana. Los sueños de Zora Arkus-Duntov se cumplen por fin, ubicando el V8 del ‘Vette en la parte trasera y dándole credenciales serias para humillar Ferraris y Lamborghinis. Pero esos son cosas infantiles, piensa el fabricante Rezvani, quienes decidieron transformar al Chevrolet Corvette en una bestia para superhéroes y sí, su nombre es Beast.
El Rezvani Beast es lo que ocurre cuando un Chevrolet Corvette va todos los días al gimnasio a entrenar todos sus músculos. Es un fisiculturista con traje y “gadgets” para el espía moderno; o para aquel que quiera sobrevivir al eventual apocalipsis y colapso de la sociedad, pero con estilo. Estoy seguro que, si Mad Max viviera en el desierto de Arizona en vez de Australia, elegiría esta bestia para patrullar en vez de su Falcon XB Interceptor.
Sutileza, ¿qué es eso?
Muchos elegirán un gran vehículo blindado para sobrevivir, sea al caos urbano o la caída del mundo como lo conocemos. Sin embargo, Rezvani le ofrecerá a 20 afortunados la posibilidad de hacer eso mismo, pero con estilo y un escandaloso V8. No hay mejor defensa que la velocidad y aceleración, ¿verdad?
La transición de Chevrolet Corvette C8 a Beast empieza con dos turboalimentadores que Rezvani instala en ese V8 LT4 de 6,2 litros. Algunos retoques al computador que gobierna motor y transmisión permiten que esta bestia ascienda hasta los 1.000 caballos de potencia y se impulse de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos. Ideal para escapar de algún perseguidor o peor, una horda de zombies o una turba enfurecida.
Los escapes fueron reubicados, primero porque lucen geniales y segundo para adaptarse a la “armadura”. Sobre el chasis del ‘Vette Rezvani moldea una nueva carrocería digna de un auto de GTA V, completo con mucha fibra de carbono reforzada, puertas “alas de dragón”, techo targa y un compartimiento secreto adelante.
Juguetes para agente secreto
Con esta piel en fibra de carbono, el Rezvani Beast es más ágil que el Chevrolet Corvette C8 en el que se basa. Eso es, hasta que elige el paquete “007” opcional. De elegirlo, Rezvani transforma a la bestia en un auto de James Bond lleno de gadgets y mecanismos de defensa. Como llantas run-flat, generador de pantalla de humo, disparador de gas pimienta, manijas de las puertas “electrificadas” y hasta un visor infrarrojo para la noche y protección contra pulsos electromagnéticos y explosivos.
Detalles que solo sirven un propósito y es sobrevivir en el equivalente de un deportivo americano. Si eso no basta, un paquete extra incluye vidrios y carrocería blindada. Opción que añade más peso, pero nada que no se pueda compensar con esos 1.000 hp. Un detalle final está en la cabina que, además de los elementos de protección extra, tiene un volante estilo avión, quizá para evocar al Auto Fantástico.
Al ser 20 unidades y tener tantos juguetes a su disposición, esta bestia es todo menos asequible. Por $ 485.000 dólares (USD) Rezvani le construye uno y si desea los dos paquetes de defensa opcionales tiene que agregar otros $100.000 USD a la cuenta. Ese es el precio por creer que es Pierce Brosnan o Daniel Craig cada vez que llegan a la oficina de Q dispuestos a destruir otro vehículo.