¿Qué pasa cuando unos italianos modifican un diseño francés? Un homenaje a los prototipos de Le Mans en los años sesenta. La casa de diseño Zagato concibió, a partir de un Alpine A110 moderno, al AGTZ Twin Tail. Moderna interpretación de un prototipo de cola larga cuya parte trasera puede removerse en un santiamén para capturar esa verdadera pureza del automovilismo en los años sesenta.
En efecto, los diseñadores de esa época esculpían sus prototipos bajo dos conceptos básicos. Cola corta para circuitos más técnicos que requerían estabilidad en curvas; mientras que la cola larga era la configuración predilecta para un circuito de alta velocidad, como Le Mans. El Zagato AGTZ es una interpretación moderna de ese concepto, tomando como base un Alpine A110.
Dos esencias en un mismo auto
El nombre completo de esta creación de Zagato es AGTZ Twin Tail y, al menos por ahora, usa las entrañas sin modificar del Alpine A110. Es decir, un motor turboalimentado de 1,8 litros con 250 a 300 caballos de potencia y un peso que apenas supera la tonelada. Su interior no sufriría demasiados cambios, al menos ninguno que Zagato quisiese revelar.
Zagato, como buen carrocero, se dedicó a esculpir un exterior único encima del A110. Es clara la inspiración en el A220, prototipo de cola larga que disputó las 24 Horas de Le Mans en 1968, terminando detrás del Ford GT40 de Pedro Rodríguez y los Porsche 907 y 908.
No obstante, esa parte trasera removible hace que el AGTZ Twin Tail rinda tributo al más pequeño Alpine A210, con una estampa más corta. La idea de Zagato es combinar lo mejor de dos mundos, dos personalidades en un mismo auto que se acerca más a una obra de arte que a un método de transporte.
Esculpido por los italianos
La pieza trasera es de fibra de carbono y puede removerse sin ningún problema en cuestión de minutos. Sin esta, el AGTZ posee una estampa peculiar, con pequeñas aletas cual batimóvil y un techo fastback que culmina en un sutil spoiler. Con la cola en su lugar, dos pontones extienden los pasos de rueda traseras, con un difusor extendido que esconde los escapes y culmina en una delgada pieza con tintes aeronáuticos, casi como la cola de un avión caza de la Segunda Guerra.
No es lo único que modificó Zagato, porque el diseñador agregó sus propias líneas esculpidas a lo largo del Alpine A110. Como una nueva cúpula del techo, costados con tomas de aire rediseñadas y un frente afilado con grandes faros ovalados y nuevos ductos de refrigeración tanto en el capó como en la parte baja de la defensa.
Hasta el perfil de las ventanas fue alterado, para dar la impresión de una cabina de doble burbuja cual avión de combate clásico. Sin duda alguna, el nuevo cuerpo de este A110 es bastante más aerodinámico e impactante, en especial en el clásico color azul de Alpine y rombos en las esquinas de la cola, referencia al A220 real.
Pieza de arte digna de un museo… y un circuito
Zagato nos dice que producirá solo 19 ejemplares de esta obra de arte sobre ruedas, por un valor exclusivo que excede los 650.000 euros. Precio que, para los más acaudalados, parece una ganga dada la naturaleza exclusiva y el nombre Zagato en este proyecto.
Quizá no exista otro Alpine de casi 5 metros tan bello como este, mucho menos uno por un valor que no supera el millón de dólares (o euros). Es de aquellas cosas que, si ganara la lotería, estarían en mi lista definitiva para comprar, contemplar sin parar por dos días seguidos y acto seguido llevarlo a la pista. Todo por rendir tributo a su inspiración y aprovechar la dinámica de conducción de un A110.
Eso es lo que querrían Ugo y Gianni Zagato, como homenaje a Alpine y a ese Alfa Romeo Giulia TZ, también con una cola larga y diseño aerodinámico.