Y entonces fueron tres Vantage, para completar la familia de los más pequeños en todo Gaydon. Con ustedes el Aston Martin Vantage GT4, pequeño auto de carreras para pilotos, aspirantes o aficionados, que tienen cómo justificar un capricho británico para afinar sus habilidades en pista, competir en categorías GT4 y, por qué no, subir de nivel.
A diferencia del Aston Martin Vantage GT3, el cual es apenas un “cascarón” en fibra de carbono con una forma similar al modelo de calle, el GT4 es más cercano al Vantage “urbano”. En esencia es un Vantage desprovisto de todas comodidades en su interior y cualquier peso innecesario, con un ligero paquete aerodinámico para obtener el mayor agarre en curvas.
De la calle al circuito
Según Aston Martin, el Vantage GT4 comparte un 80% de piezas y detalles con su contraparte de calle. Los cambios evidentes son un alerón pequeño atrás, tomas de aire en el capó, un splitter frontal, sutiles extensiones a los faldones, un difusor trasero y un tanque de gasolina reubicados.
En el interior toda comodidad da paso a una jaula antivuelco, una consola central llena de botones y switches, un volante multifunción y una pequeña pantalla frente al piloto. Esta configurada para monitorear de forma más detallada la temperatura, fluidos, presión del turbo y otros detalles del motor. Este último el mismo V8 twin turbo del Vantage de calle, con su transmisión ZF de 8 marchas recalibrada para tener solo seis reglajes y hacer cambios más precisos.
La suspensión ahora es ajustable con diferentes niveles de camber para las ruedas, los frenos tienen mejor ventilación y los rines pasan de 21 a 18”. Ello para tener más caucho y superficie de contacto en las llantas lisas (slicks).
Aston Martin quiere armar y vender 40 ejemplares del Vantage GT4 este año, compitiendo en el IMSA Michelin Pilot Challenge en Norteamérica para “generar ruido” y convencer a otros pilotos que el Vantage es el auto a tener.
