Luego de un momento de luto, de contemplación a la brevedad de la vida y el impacto que puede tener un individuo, cuya influencia se siente aún tan presente hoy en día, es hora de un homenaje. Bueno, un segundo homenaje en torno a los mejores diseños automotrices de Marcello Gandini. Un genio italiano que, si quiere adjudicarle títulos y elogios, es el padre del supercar moderno.
La cosa es que, si bien esos flamantes deportivos en forma de cuña con sangre italiana son la cumbre del trabajo de Gandini, hay mucho más. Si se acerca con una lupa verá que la influencia de esta mente italiana trasciende la forma de un puñado de Lamborghini que adornaron las paredes de muchos.
Si tuviera que describir su trabajo, es un balance entre la suavidad y elegancia con el deseo de ir rápido, una danza entre el aspecto mecánico, la velocidad y la belleza. Así que, a modo de simple ejercicio conmemorativo, reunimos siete (o más) diseños de Marcello Gandini que marcaron historia.
1 – Lancia HF Stratos y Zero
¿Me voy a tomar el atrevimiento de iniciar con algo que no sea un Lamborghini? Por supuesto. Por bello que sea, por provocativo que resulte el Miura en esa primera escena de La Gran Estafa (la original, no la moderna), hay un auto que, a mi parecer, es mejor. Es el Lancia Stratos, modelo que hizo que todo el mundo supiera qué era Lancia y por qué era importante.
Partiendo del Stratos Zero, una expresión máxima de ese concepto de “cuña” que encantaba a Gandini en los sesenta y setenta. En esa época trabajaba con Nuccio Bertone, quien buscaba la forma de agradar a Lancia. Usando el tren motor de un Fulvia concibieron al futurista Stratos Zero y Lancia quedó tan fascinado, que ordenó su producción.
Unos años después, con sus curvas suavizadas y mucha más elegancia, junto al motor V6 de un Ferrari Dino, el Stratos saltó al ruedo y dominó los primeros años del Campeonato de Rally. El resto, como dicen, es historia.
2 – Lamborghini Countach
Si el Miura definió el aspecto de un supercar italiano, el Lamborghini Countach reinventó el concepto y lo grabó con tinta indeleble en la mente de todos. El exótico de póster, el excéntrico rival de Ferrari, la máxima expresión de esa silueta de cuña que, hasta el día de hoy, Lamborghini preserva. Incluso restauraron el prototipo original del Countach, para luego lanzar una versión moderna.
El Miura era elegante, una delicia visual, mientras que el Countach era disruptivo. Hasta Gandini tuvo que ver a la hora de bautizarlo Countach, distanciándose de la tradición taurina de Lamborghini. El Countach es la creación que Gandini recuerda con cariño y por eso está por encima del Miura. Porque esa fascinación con la silueta baja, vista en muchos otros trabajos de Gandini, tuvo su máxima expresión aquí. Es más, el Countach luce más como el Stratos Zero que el mismo Stratos.
3 – BMW Serie 5 E12
¿Por qué está el BMW Serie 5 en el podio? Por la influencia de este modelo que se sintió en BMW por décadas. Porque llegó en el momento indicado para aprovechar el buen momento del 3.0 CSL y 2002, sentando una plantilla que otros BMW, grandes y pequeños, usaron en los ochenta e incluso noventa. Podría decirse que el Serie 5 E12 es para BMW lo que el Mercedes-Benz 190E de Bruno Sacco fue para esa marca.
Todo nace del peculiar concepto 2200ti Garmisch, un cupé de líneas suaves y frontal afilado que tenía la intención de reemplazar los viejos sedanes de BMW. Suavizado para producción, el E12 no los inventó pero sí popularizó esos Bimmers de nariz afilada, faros cuádruples, riñonera discreta, una saga elegante y ángulos rectos en la cabina, diseño que tiene su génesis en la familia New Six. Trazos que se extendieron al Serie 3 (E21 y E30), al Serie 7 (E23) y que entrados los años noventa aún eran relevantes.
4 – Lamborghini Miura
Sí, tal vez el Lamborghini Miura merecía el primer lugar. Quizá es el primer supercar del mundo, un auto que puso en el mapa a Lamborghini y permitió que Ferruccio eclipsara por completo a Enzo Ferrari. Elogios no le faltan al Miura, pero no está de primero porque entre los muchos diseños de Marcello Gandini, este dejó un sabor agridulce en boca del diseñador.
No fue inmediato, sino muchos años después. Gandini simplemente dice que el Miura tuvo su momento e importancia, pero su visión cambió con los años y ese diseño terminó “desagradándole”. No ayuda que todos lo reconocían como el padre del Miura, como si fuera un one hit wonder cuando el trabajo de Gandini es tan grande, que un listado como este no alcanza para hacerle justicia.
5 – Citroën BX
Y ahora algo completamente distinto. Citroën, esa casa francesa que, entre los sesenta y ochenta, se caracterizaba por sus automóviles impactantes y los elementos descabellados, como la suspensión hidroneumática. Gandini tenía la tarea de reemplazar el popular GS y GSA, así que decidió adaptar su filosofía angular pero elegante a un hatchback urbano.
El diseñador se valió de dos diseños anteriores, el Reliant FW11 y Volvo Tundra, dos hatchbacks de cinco puertas con un frente recto, costados sin demasiados adornos y un pilar C con una caída importante, cual deportivo fastback.
En otras palabras, era la silueta de cuña adaptada a un modelo práctico para cinco personas. Lo que emergió era un vehículo perfecto para los ochenta y su ola de futurismo, motivada en parte por las películas de Volver al Futuro. Además, Gandini nos dio uno de los hot hatches más radicales que intentó ingresar al Grupo B: el bizarro BX 4TC.
6 – Renault 5 Turbo
Si de hot hatches hablamos, Francia en los años ochenta nos entregó un sinfín de candidatos al mejor. Gandini tuvo su influencia en uno de ellos, luego de recibir el encargo de Renault para producir un modelo de homologación para el Grupo B de Rally. Partiendo del Renault 5, Marcello Gandini ensanchó de forma radical las caderas del R5, contrastando el asunto con una discreta toma de aire sobre el capó y un spoiler.
El motor turbocargado sobre el eje trasero, influencia del Stratos, fue solo la cereza en el pastel. Eso y la palabra TURBO adornando los costados. A Renault le encantó tanto el diseño que le pidió a Gandini producir una actualización para el R5. El resultado fue el Supercinq, un modelo que conservaba la silueta del R5 original, pero con líneas suaves y luces que se integraban a los pliegues y curvas de la carrocería.
7 – Autobianchi A112
Aquí está el primer hot hatch de la historia, antes de que Volkswagen entrara en escena. Entre los tantos diseños de Marcello Gandini, el A112 sentó una de las plantillas originales para el hatchback contemporáneo. Una forma de dos volúmenes, una compuerta trasera práctica, aunque no completa como el Renault 5, un diseño simpático y que se debatía entre la apariencia clásica de un Mini o un Fiat 500 y un compacto moderno para la época.
Quizá el A112 no tuvo el impacto que otras creaciones de Gandini tuvo. Para muchos su primer conocimiento del pequeño Autobianchi fue gracias a Gran Turismo o a los manga de Akira Toriyama. Pero, si algo demuestra el A112 es la versatilidad que tenía el diseñador a la hora de crear todo tipo de autos. Además, el A112 tuvo una versión divertida firmada por Abarth, considerado por algunos como el primer hot hatch verdadero de la historia.
Bonus: Alfa Romeo Carabo
¿Creyó que iba a omitir al Alfa Romeo Carabo? Imposible, fue el diseño que catapultó ese interés de Marcello Gandini por la forma de cuña. La idea de un auto cuya silueta se asemejara a una flecha, estuviese pegado al piso y tuviese líneas aerodinámicas inició con el Carabo, evolucionó en el Stratos Zero y se perfeccionó en el Countach.
Además de esa silueta, la mayor contribución de Gandini a los exóticos italianos está aquí: las puertas tipo tijera. Aunque, si me lo pregunta, la noción de mezclar diseños prácticos, elegantes y con mucho detalle con formas aerodinámicas y que luzcan veloces, incluso cuando están en reposo, es la firma que diferenció a Gandini de sus contemporáneos y que, 50 años después, sigue dando de qué hablar e influyendo a otros diseñadores automotrices.