Ringbrothers es un preparador de extremos pero con una clara vocación por el músculo norteamericano. A simple vista este es un Rolls-Royce clásico como cualquier otro, pero debajo de su apariencia elegante se esconde el V8 supercargado de un Chevrolet Corvette, creaciones que sólo pueden ocurrir en un lugar: SEMA.
Lo mejor es el contraste entre las creaciones de Ringbrothers para SEMA: por un lado este Rolls-Royce con un V8, y por el otro el absolutamente siniestro Dodge Charger “Tusk”. No por nada uno de ellos luce un color blanco y el otro negro, dos lados de un Ying Yang con músculo V8 que interpreta dos clásicos de maneras distintas, y a la vez muy parecidas.
Británico con alma americana
Ringbrothers llama a esta creación “Paramount”, y parte de un Rolls-Royce Silver Cloud II de 1961. Su nombre quizá es una referencia al cine, ya que varios Rolls similares aparecen en toda la saga de James Bond; y en Scarface Tony Montana usaba un Bentley S2 vestido como un Silver Cloud.
A diferencia de muchos de los proyectos del preparador, la apariencia del Rolls-Royce permanece intacta. Simplemente se limitaron a restaurar toda la carrocería y preservar su tono blanco original. En la cabina tampoco hay demasiadas diferencias, salvo la adición del techo estrellado de los Rolls-Royce modernos con 1.000 diodos LED y reemplazando sus butacas por las de un Chevrolet Bel Air 1957. No que General Motors y Rolls-Royce sean ajenos, ya que muchos modelos de la casa británica usaban transmisiones de GM en el pasado.
Todo mejora con un V8
Donde sorprende este Rolls-Royce Silver Cloud es bajo su capó, donde emerge el poderoso V8 de 6.2 litros de un Corvette, modificado en el buen espíritu de SEMA. La unidad LT4 recibió un sobrealimentador junto a una transmisión automática Bowler de 10 velocidades y un eje cardán en fibra de carbono. Ringbrothers hasta se tomó la molestia de grabar el logo de Rolls-Royce en su culata, para que luzca “de fábrica”.
Según ellos el motor produce 640 hp, mucho más que el V8 del Silver Cloud original, y aparentemente es más rápido en el 1/4 de milla que un Rolls-Royce Phantom moderno. Vehículo que pertenece a quien solicitó a Ringbrothers esta conversión “retromoderna”, y que se llevará una pieza única y casi de colección con una sorpresa inesperada bajo su capó.
