Dodge-Charger-1969-Hellephant-SEMA
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De esa abominación retro moderna que es el “Dodge Daytona” a un clásico hecho de forma elegante. Ringbrothers es un especialista americano que modifica todo tipo de clásicos de Detroit, y para el SEMA decidieron aparecer con un restomod muy especial. Este no solo es un Dodge Charger de 1969 restaurado, también esconde el titánico motor Hellephant de 1.000 hp junto a una transmisión manual Tremec de 6 velocidades. Y déjeme decirle que no existe mejor forma de disfrutar un clásico americano con semejante poder que con tres pedales a su disposición.

Esto que usted ve en estas imágenes es lo que Dodge sueña con construir por la eternidad, si no fuese por las molestas leyes de seguridad y emisiones. También es la fantasía que Dominic Toretto ve todas las noches al irse a dormir, porque el hombre sabe que un buen Charger clásico se disfruta con tres pedales. Lo más seguro es que en manos de él cualquier Charger gane propiedades mágicas indestructibles, y este auto no sería la excepción.

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Imágenes bellas y esta. Increíble la potencia que contiene un motor tan estéticamente agradable.

Tributo al músculo americano

Ringbrothers bautiza al siniestro Dodge Charger como “Tusk”, o colmillo en español en honor al motor Hellephant, que es un amalgama entre Hemi y elefante. El proyecto inició con un Charger 1969 cuyo chasis y carrocería fueron modificados al extremo, utilizando piezas hechas a la medida e incluso partes de otras marcas como Ford. 

Para hacer espacio al titánico motor Hellephant 6.2 y su sobrealimentador, Ringbrothers modificó el área y monturas del motor del Dodge Charger. Su chasis también fue reconstruido a la medida, aceptando amortiguadores FOX adelante con coilovers y una configuración independiente atrás, en vez del eje rígido del Charger clásico. Los ejes fueron ensanchados e incluso las ruedas delanteras se movieron unos 5 cm adelante, extendiendo su distancia entre ejes.

Los frenos ahora son Baer perforados de seis pistones, necesarios para contener la furia del V8. Atrás se instaló el diferencial de un Ford, un eje cardán en fibra de carbono y por supuesto está el motor. El enorme V8 Hellephant eroga 1.000 hp y 1.288 Nm de torque a las ruedas traseras, controlados por una transmisión Tremec T-56 de seis velocidades. 

Partes de la carrocería también se alteraron, y ahora luce una parte trasera extendida con un spoiler, un splitter bajo el frente y el toque final es ese color negro con acentos dorados, muy al estilo de un Lotus de Fórmula 1. Todo el interior fue restaurado y modernizado sutilmente, con copiosas cantidades de fibra de carbono y cuero.

Este es el tipo de restomod absurdo que el mundo espera, preservando la pureza de un muscle car americano. Nada de esas conversiones eléctricas tan controversiales que vemos por allí.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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