La semana santa es aquel tiempo de reflexión, de pascuas (o descanso para algunos) que celebran en muchas partes de Latinoamérica. Aquí en Colombia, por ejemplo, existe una tradición y es visitar templos e iglesias emblemáticas, sea por turismo o peregrinación. Detalle que me hizo recordar la vez que un auto decidió trepar hasta uno de esos templos que recibe miles de personas en Semana Santa. Sí, vengo a recordarle la historia del Suzuki LJ que alguna vez conquistó el templo de Monserrate.
Pregúntele a su papá o mamá, a sus abuelos y sin duda alguna todos recordarán esos camperos Suzuki y su ascenso a Monserrate. Es más, cualquier lector modelo setenta y pico o anterior vio en periódicos, revistas o el noticiero aquella hazaña casi sin precedentes. Tanto así, que 44 años después Suzuki es la primera marca en la que piensan muchos cuando se habla de subir ese emblemático cerro de Bogotá.
El cinturón negro de los 4×4
Esta historia comienza en los años setenta. Década en la que la industria automotriz colombiana creció como espuma, con proyectos como Colmotores, Compañía Colombiana Automotriz y Sofasa ensamblando carros en tierra patria. Esa expansión abrió la puerta a más marcas para probar suerte en Colombia y, naturalmente, una de ellas fue Suzuki.
Sus primeros “pinitos” aquí fueron a inicios de los setenta, con los primeros LJ 4×4. Camperos con dimensiones y motores diminutos, pero una sorpresiva agilidad y capacidad todoterreno. Ante los Toyota FJ40 y Nissan Patrol de la época, el Suzuki era un 4×4 de bolsillo.
Hacia 1979 fue que Suzuki se estableció de forma más firme en el territorio nacional y trajo la más reciente evolución de ese campero: el LJ80. Fue el primero en recibir un motor de 4 cilindros, con 797 cc de desplazamiento y 42 caballos de potencia. Parecía poco, pero bastaba para desenvolverse con soltura en nuestra accidentada geografía.
El equipo publicitario de la marca se valió de esta cualidad para llamar al LJ80 un campero “cinturón negro”. Idea que culminó en 1980, cuando Suzuki decidió llevar tres LJ a la ladera oriental de Monserrate y hacer la movida publicitaria del momento.
De 2.600 a 3.152 metros sobre el nivel del mar
Es imposible describir lo importante que fue esta proeza, porque es algo que miles de compatriotas aún recuerdan como si fuera ayer. El impacto que dejó la simple acción de ver tres camperos subir al templo de Monserrate aún hace eco y para muchos, al ver un Suzuki es lo primero que recuerdan.
Fue un mes de octubre de 1980 cuando la marca llegó a la cara oriental de la montaña con tres LJ80 listos para trepar. En ese entonces sólo era un camino destapado, de herradura para tránsito de caballos, como se le decía. El ascenso comenzó en la mañana y fue tan complicado como se esperaba, pero los tres LJ jamás se toparon con problemas graves. En el mundo del off-road prima una norma: lento, pero seguro.
Pasadas las 3 de la tarde los tres Suzuki coronaron el ascenso de 550 metros, sin fallas ni nada por el estilo. La publicidad superó la realidad y esas capacidades todoterreno del Suzuki LJ quedaron más que demostradas en Monserrate. Y, para ese entonces, era común verlos en veredas, pueblitos y trochas andando a la par de otros 4×4 más grandes.
Eso sí, dicen que un Land Rover de la época les ayudó a subir. Pero, como muchas cosas de antaño, las historias son algo diáfanas. Hay hasta quienes aseguran que subieron con helicóptero esos tres LJ.
Huella indeleble
Por supuesto que Suzuki no fue la primera en trepar Monserrate con un carro. Ese honor pertenece a los hermanos Stoessel en 1928, a bordo de un Chevrolet que muchos, por la poca documentación, confunden con un Fiat.
También en 1957 un camión Mercedes-Benz Unimog ascendió hasta la basílica ubicada en la montaña. Y más recientemente un Jeep Cherokee modificado por la marca decidió usar las escaleras de Monserrate para trepar a la iglesia, en 2004. Noticia que es recordada más por el “daño” a esas escaleras que la subida misma. Pero ninguno y de eso estoy seguro, ninguno es tan recordado como Suzuki.
Tanto así, que luego de su regreso a Colombia, Suzuki cada tanto rememora esa hazaña. Una que decidimos plasmar aquí, para que otras generaciones conozcan la historia. Ojalá la repliquen, ya que tienen al Jimny de 5 puertas a su disposición, quizá después de Semana Santa, cuando el templo está un poco más libre.