Mientras Lotus se encuentra en el dilema de hacer baterías ligeras para crear un Elise fiel a su filosofía, aquí hay otra marca británica que no lo dudó. Es Ariel, que luego de presentar un nuevo Nomad aventurero, deciden multiplicarlo por dos y presentar una variante con motor eléctrico. Porque la idea de un buggy a lo Mad Max o el videojuego Fuel también puede ser “amigable con el ambiente”.
Con el creativo nombre E-Nomad, aunque preferimos Nomad Eléctrico, Ariel nos enseña cómo aplicar la nueva era de movilidad a lo que es un “juguete off-road” para divertirse los fines de semana. Segmento que es más laxo con las normativas y autonomía esperada, después de todo es sólo un juguetito.
Buggy aventurero y ecologista
¿Sabe lo mejor? Que Ariel resuelve la mayor debilidad de los eléctricos con su filosofía de autos ligeros. El Nomad Eléctrico pesa apenas 895 kilogramos, que no es terriblemente pesado para lo que es. En comparación, el Nomad estándar y un Can Am Maverick detienen las escalas en 700 kg; el modelo eléctrico es el equivalente de añadir uno o dos adultos más al asunto.
Una batería de 41 kWh provee energía a un motor ubicado en el eje trasero, que entrega 281 hp y 490 Nm de torque instantáneos; figuras equivalentes al Nomad con motor a combustión. Combinación con jugo suficiente para unos 240 a 250 km de diversión con cada carga y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos.
Lo mágico del Nomad Eléctrico fue la forma en la que Ariel estiró el espacio del chasis tubular para acomodar todo. Las baterías, por ejemplo, residen tras la cabina. El motor apenas excede los 100 kg de peso y cuenta con diferencial LSD y frenado regenerativo. Literalmente es un kart eléctrico para divertirse sobre el barro y arena.
Mula de pruebas… que posiblemente llegue a producción
Aunque todo esto es impresionante, Ariel por ahora no producirá de forma masiva al Nomad eléctrico. Es un prototipo para demostrar de lo que son capaces y lo que podría llegar mañana para la casa británica.
El prototipo demuestra elementos como el chasis que fue fabricado con materiales poco convencionales, como fibras de biocompuestos generadas de forma orgánica. No sólo son tan resistentes como la fibra de carbono, también son más ligeras y requieren menos recursos para producirse. Algo así podría llegar a un Ariel Atom en el futuro, por ejemplo.
Y aunque no lo parece, ese chasis y carrocería son más aerodinámicos que antes, en aras de la eficiencia. Seguramente Ariel mantendrá en fase de pruebas a este “electro nómada”, de paso generando interés en aquellos que tengan los medios para costearse un juguetico de estos.
No son los únicos, Caterham y Nyobolt son dos marcas que siguen caminos similares y, quien quita, quizá la tercera invasión de deportivos ingleses sea así, con biplazas ligeros y eléctricos.
