Ferrari es posiblemente la marca más complaciente en el planeta, siempre y cuando usted sea cercano a ella y tenga una cartera abultada. Si cumple esos requisitos, Maranello le construirá el capricho que a usted se le ocurra, siempre y cuando no sea una afrenta al buen gusto italiano. Alguien de veras quería un Ferrari 488 GT3 de pista pero con su propio estilo, y la marca respondió con esta creación: el KC23.
Probablemente esas sean las iniciales de su dueño, o algún anagrama importante para ella o él. Tres años tomó diseñar este curioso auto para pista con un diseño que es a la vez futurista y minimalista. Luce intrigante y casi como una nave espacial, y lo mejor es que debutará ante el público de Goodwood, mostrando de lo que es capaz un Ferrari 488 sin los límites impuestos por la categoría GT3 de la FIA.
Una obra de arte para los circuitos
En efecto, un Ferrari 488 GT3 tiene su motor V8 biturbo limitado a 591 caballos de potencia por temas de homologación, pero ello no es un limitante para el KC23. La gente de Maranello no revela cuánta potencia tiene, pero confirman que esos límites ya no son un problema. A diferencia de otros proyectos especiales de Ferrari, el KC23 es el único diseñado para la pista de manera exclusiva. Así que existe la posibilidad que su dueño lo aproveche al máximo demoliendo a todos en la pista.
Ferrari utilizó inspiración de su pasado y presente para esculpir el exterior. Hay trazos del 499P ganador en Le Mans, su concepto Vision Gran Turismo y mucho arte. En serio, Ferrari nos dice que su exterior con pliegues suaves “imita a un bloque metálico esculpido en una sola pieza”, con un habitáculo rodeado por cristales, rejillas de aire activas tras la cabina y retrovisores minimalistas que en realidad son una cámara. En la parte de atrás un difusor contrasta con un diseño minimalista que va desde la barra LED hasta los escapes cuádruples. Incluso el alerón es removible, por si lo que desea es contemplar al KC23 nada más.
Las puertas tipo alas de mariposa revelan la misma cabina de un 488 GT3, pero con un asiento tipo cubo especial. Al final del día es un auto de carreras exitoso con un traje elegante diseñado por Picasso, con algo de cubismo. Hasta el color es especial, algo que Ferrari denomina “dorado Mercurio”. Luego de su paso por Goodwood, el auto será exhibido unos meses en el Museo Ferrari, y en octubre pasará a manos de su dueño. Ojalá KC no se canse de esperar y termine ordenando otro modelo especial basado en el más reciente 296 GT3. Ya sabe, para entretenerse mientras le entregan su automóvil único.
