Aunque Dodge ya lo anunció hace un tiempo, han pasado varias cosas en la vida del Charger. Desde rumores que volverá el V8, la recepción “poco chispeante” de su variante eléctrica, el uso de motores turbo, en fin. Lo que hoy confirma Dodge es el regreso oficial del Charger sedán, pero con un motor seis en línea turbocargado. Polo opuesto al anterior Charger que era V8 y tracción trasera.
Sí, aquel modelo tenía motores V6, pero no eran de alto desempeño como este Dodge Charger sedán. Ahora tenemos todos los detalles de esta versión que, al igual que el cupé Daytona, será eléctrico o con motor a combustión. Es más, hay novedades sobre ese cupé deportivo de Dodge, pero ya hablaremos de ello al final.
Listo para ser patrulla… o robar una caja fuerte
Sixpack es un nombre que Dodge no pudo resistirse a usar, reviviendo un paquete especial para sus V8 Hemi de antaño. En la encarnación del Charger actual, sea sedán o cupé, Dodge nos dice que producirá 420 o 550 caballos de potencia. Sí, no tendrá el rugir de un V8, pero son números suficientes para quemar las llantas traseras, derrapar o brillar en el ¼ de milla, como los anteriores Charger y Challenger. Además, es claro que el Charger asumirá ese rol de sedán deportivo del pueblo y, a su vez, patrulla por excelencia en EE.UU.
El Charger sedán también llegará eléctrico, con dos motores (uno por eje), tracción total y hasta 670 hp. Usaría una batería de 100 kWh, con una autonomía algo modesta de 380 a 400 km. A pesar de su peso adicional, unos 60 kg, el Charger Sedán puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, igual que el modelo cupé Scat Pack eléctrico.
Sedán musculoso y con toques premium
Nos resulta curioso que, aunque tiene cuatro puertas, este Charger no es más largo que el modelo cupé. Es decir, 5,2 metros de largo, que prometen una cabina mejor distribuida y un baúl que lo hace técnicamente un hatchback. Así Dodge asegure que “es el único sedán muscle car” del mundo, además de ser el sucesor espiritual del Chrysler 300C.
Su diseño neo-retro, luces LED en forma de barra, elementos aerodinámicos y detalles externos se preservan. También su alerón frontal, suspensión deportiva, frenos de disco y detalles como asistencias al manejo, pantallas de 12,3”, carga inalámbrica de celular, apertura electrónica de baúl, luz ambiente con 64 colores y tapicería en cuero, al igual que asistencias ADAS.
Detalles como sonido firmado por Alpine, techo panorámico, acabados en fibra de carbono y gamuza, al igual que rines de 20”, son opcionales por cierto.
Las dudas eléctricas
Ahora al Charger eléctrico y las demoras que experimenta Dodge. Pues bien, el modelo base R/T eléctrico con “sólo 500 hp” desaparece, dejando en su lugar a los Scat Pack de 2 o 4 puertas. Para compensar, Dodge revela un Daytona Scat Pack para pista, con calcomanías negras, frenos Brembo, suspensión adaptativa, alerón trasero, sillas tipo cubo y modos de manejo para circuito.
Es curioso, porque Dodge indica que “la situación tributaria en EE.UU.” es la causante. Sin embargo, aunque el Charger eléctrico tiene el desempeño, simplemente no es un éxito tan grande. Y las variantes de motor a combustión siguen demorándose, llegando ahora a finales de 2025 junto al sedán. Tal y como la RAM eléctrica y de rango extendido, las cuales también sufren demoras de producción.
Quizá la salvación sea el V8, ante la inminente llegada de un Mustang sedán. Aunque, de hecho, el Dodge Charger Sixpack sedán suena interesante con su motor turbo, pero debió ser el primer modelo en la línea de producción, no los eléctricos de alto desempeño.
