Este es un pequeño auto simpático que Hyundai debería traer a Latinoamérica. Sea como el Casper con motores a gasolina o el nuevo Inster eléctrico, este “mini crossover” es la chispa que le hace falta al portafolio de Hyundai por estos lugares. Porque así como está, el Inster o como prefiero llamarlo, el “mini Ioniq”, será un auto exclusivo para Asia y Europa.
Una lástima, porque es un vehículo al cual le sobra carisma y personalidad; además de caer en una de las categorías más populares del mundo motor: el segmento A. Para muchos, este vehículo pequeño es más que suficiente y, en el mundo de los eléctricos, sus prestaciones urbanas son más que suficientes para moverse a diario sin restricciones.
Pequeño gigante para la ciudad
Como ya lo anticipamos, Inster es el nombre que recibe el Hyundai Casper eléctrico, mezclando la nomenclatura Ioniq con Casper para recibir su nomenclatura. Y como el fantasma amigable, es un vehículo simpático cuyo diseño resulta llamativo, muy juvenil y bien logrado. No es para nada ortodoxo ni aburrido, es lo que intento decir. Si quiere verlo así, es como uno de esos fantasmas de Pacman para moverse en el laberinto que llamamos ciudad.
Hyundai tiene en la mira ese segmento A de eléctricos que flotan bajo los 20 a 25.000 euros en precio. Ese mismo al que apuntan el Dacia Spring (o Renault E-Kwid), Citroën C3, Fiat Panda y Volkswagen en un futuro. No solo eso, el Inster resulta un complemento perfecto que se ubica entre el actual i10 y el más grande i20, sin reemplazar a ninguno de los dos.
¿Dimensiones? Apenas 3,8 metros de largo, con una distancia entre ejes de 2,58 m y espacio más que justo para cinco ocupantes. Números que lo hacen ligeramente más grande que el i10 o Kia Picanto, con los cuales comparte una plataforma similar. Comparado con el Casper, Hyundai alargó un poco el Inster para aprovechar al máximo el espacio.
Prestaciones más que justas
¿Y qué mueve a este fantasma chispeante? Un único motor en el eje delantero, que produce 96 caballos de potencia en la versión estándar o 114 en la variante de rango extendido. Hyundai logra acomodar una batería de 42 o 49 kWh bajo el Inster, otorgando un rango eléctrico por encima de los 300 km; aunque la marca espera una cifra oficial de 355 km.
Las baterías aceptan carga continua hasta de 120 kW, permitiendo que estas vayan de 10 a 80% de carga en 30 minutos. Estas también ofrecen carga bidireccional, ideal para cargar otros aparatos o vehículos eléctricos. Y, si usted es como yo y le gusta llevar a los autos a su velocidad tope por motivos científicos, el Inster es capaz de 140 o 150 km/h.
Detalles como frenos de disco, suspensión independiente, control de tracción y estabilidad proveen una conducción (en teoría) entretenida. Y para los que se preocupan por la seguridad, el Inster trae desde frenado autónomo de emergencia, monitoreo de punto ciego, control crucero adaptativo y alertas de tráfico cruzado.
Hyundai no falla en sus diseños
En materia de diseño, lo que hizo Hyundai fue tomar los trazos del Casper e inyectar su tecnología de pixeles retro. Evidente en las luces frontales y traseras, que conservan esos faros redondos que casi parecen ojos. Detalles de “crossover” como placas de deslizamiento, pasos de rueda “musculosos” y rieles de techo completan el aspecto.
El Inster es un “autito” al que le sobra personalidad y estilo; realmente es de los pocos eléctricos que nos encantaría tener. Por dentro está bien logrado y sin exageraciones; a la vez que tiene detalles coquetos. Dos pantallas (de 10,25”) funcionan como entretenimiento y cuadro de instrumentos, el volante tiene la H de Hyundai en código Morse, hay iluminación ambiente, muchas gavetas o bolsillos, botones físicos y puertos de carga.
Hyundai a futuro lanzará una versión más “aventurera” del Inster eléctrico con el apellido Cross, por si lo suyo es esa vida de acampar con un auto sensato. El Inster llegará primero a Corea del Sur y luego tomará rumbo a Europa, a finales de 2024 o inicios de 2025. Ojalá Hyundai se anime y permita que este “fantasmita” también venga a nuestra región.
