Mercedes-AMG-GLC-63-S-2024
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Mercedes-AMG está en su fase de transición de motores enormes y ruidosos, a unos más eficientes pero igual de poderosos. No crea que lo hacen por gusto, porque si por ellos fuera fabricarían motores V8 hasta el final de los tiempos. El nuevo Mercedes-AMG GLC, en sabores 43 y 63, no es la excepción a esa nueva tendencia; pero lo que le falta en cilindros lo compensa en potencia sin adulterar y mucha locura al pisar el acelerador.

Para compensar el bramido clásico de su V8 turbocargado Mercedes-AMG desarrolló el motor de cuatro cilindros turbo más potente de la historia. Unidad que perfeccionó durante los últimos años y cuya forma final desató en el C 63, el primer modelo AMG de su designación en adoptar ese motor de 4 cilindros. ¿El truco? Una asistencia eléctrica perfeccionada en Fórmula 1 que llega a los Mercedes-Benz de calle y permite que una “camioneta mediana” como esta tenga tanta potencia como un Maserati MC20 o un Porsche 911 Turbo.

La camioneta más agresiva de Mercedes-AMG

Mercedes-AMG reconoce que este tanque de más de 2 toneladas va de 0 a 100 km/h en 3.5 segundos, y a fondo superará los 270 km/h (limitados).

No queremos decir que el Mercedes-AMG GLC 63 S E Performance (sí, ese es el nombre completo) es más rápido que uno de esos exóticos. Pero es lo suficientemente ágil y veloz para tomar a más de uno desprevenido. Combinando ese motor turbo de 2 litros junto a una unidad eléctrica en el eje trasero el GLC 63 S E puede darse el gusto de tener 671 caballos de potencia y un torque de 1020 Nm. Eso si desata toda la furia de ambos sistemas durante el tiempo que la batería todavía tenga energía en ella.

Si elige utilizar al GLC 63 como una camioneta civilizada, el motor eléctrico es capaz de llevarlo sin asistencia del propulsor a gasolina por 12 km. Claramente no es mucho, porque Mercedes-AMG sabe que el GLC es para disfrutarlo al límite. Los variados modos de manejo, en particular Sport y Sport+, afinan la respuesta de la transmisión de doble embrague (de 9 marchas) para llevar cada uno de esos 671 equinos a las cuatro ruedas.

Como es de esperarse en un AMG de su nivel, el GLC 63 S E tiene acceso a todos los juguetes. Dirección en las cuatro ruedas, diferencial con bloqueo electrónico, control de lanzamiento, torque vectorial, suspensión activa, estabilización activa de chasis, en fin. Es más fácil decir lo que no tiene, y esa es la idea. Al final del día, la mejor forma de describir al GLC 63 es un Clase C con el sello de AMG pero con una carrocería más grande.

AMG no pierde su toque

En el interior toda la sensatez y armonía de un GLC estándar es reemplazada por sillas tipo cubo y acabados en fibra de carbono. Mercedes-Benz da rienda suelta a sus materiales más caros, como cuero microperforado, Alcántara, volante deportivo AMG en cuero y acentos amarillos. La única diferencia que hallará en la interfaz son las perillas en el volante para jugar con los modos de manejo, y más opciones en la pantalla de 11.9” enfocadas al desempeño y a jugar con todas las minucias del GLC.

No podemos irnos sin mencionar su diseño, que Mercedes-Benz meticulosamente esculpió para hacerlo más eficiente que el GLC civilizado. Y aquel modelo tiene un notable coeficiente aerodinámico de 0.29 cx, pero realmente le hacían falta las aletas, difusores y spoilers en fibra de carbono. El detalle final es la parrilla Panamericana de AMG, estampa de los modelos creados por la división de alto desempeño de Mercedes-Benz y que adorna a este par de GLC.

La alternativa sensata e igual de divertida

Sí, son dos GLC. ¿Creyó que lo habíamos olvidado? Luego del plato fuerte está la opción light para aquellos que quieren un GLC más potente sin las complicaciones del GLC 63 S E. Para ellos existe el GLC 43, modelo que emplea el mismo motor 2 litros turbo (también del A 45 S) pero con un motor eléctrico más pequeño que otorga 14 hp más en aceleradas fuertes. En total son 416 hp y 500 Nm de torque, números no despreciables para ir de 0 a 100 km/h en poco menos de 5 segundos.

El GLC 43 es más discreto que su hermano mayor, pero aún goza de una amplia variedad de asistencias para divertirse. Como suspensión adaptativa, frenos perforados enormes, varios modos de manejo con control de lanzamiento y tracción en las cuatro ruedas. La cabina tampoco se queda atrás, con acentos rojos, insertos en cuero napa y fibra de carbono y en general una apariencia que invita a conducir más que a admirar. Ahora falta que Mercedes-AMG aplique el mismo tratamiento al GLC Coupé, algo que esperamos ocurra antes de terminar el año.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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