Ferrari regresa pisando fuerte y quiere reinventar la rueda, o algo así. Porque este vehículo que aquí ve se ve como una camioneta, tiene forma de una, la suspensión levantada de una, pero es todo menos un SUV. Ferrari prefiere el título de “auto de alto desempeño”, así que no ofenda a nadie en Maranello, porque el Ferrari Purosangue V12 es un auto deportivo, que en el fondo es un crossover.
Lo que el Purosangue V12 sí acepta con gusto es liderar una revolución en Ferrari. Porque este es el primer auto de cuatro puertas en toda la historia del Cavallino, y como buen auto italiano en vez de ser convencional, ostenta puertas suicidas atrás. Si bien sus fotos sugieren lo contrario, sus dimensiones no son titánicas, con un aire más a hatchback o CUV deportivo. Dicho de otra forma: un dilema italiano sobre ruedas.
V12 y construcción “a la italiana”
Latiendo bajo el cofre vive un V12 naturalmente aspirado (el mismo del 812 Competizione), con 6.5 litros de desplazamiento. Este galopante propulsor eroga 715 caballos de potencia y 716 Nm de torque, números que viajan a las cuatro ruedas a través de una caja secuencial DCT de 8 velocidades.
Si bien el Purosangue es de tracción integral, la mayor parte de la potencia viaja a las ruedas traseras. Perfecto para derrapar en esta suntuosa interpretación moderna de un GTC4Lusso o BMW Z3 M Coupé. Ferrari desarrolló al Purosangue no para atravesar cualquier terreno (aunque nada lo detiene a intentarlo). Su chasis es 100% nuevo, con refuerzos en aluminio, materiales ligeros en fibra de carbón y una rigidez notable.
De hecho, la fibra de carbón aparece también en el techo y pasos de rueda, algo clave para que esta bestia de casi 5 m de largo pese “apenas” 2.033 kg. Según la gente de Maranello este SUV auto deportivo acelera de 0 a 100 km/h en 3.3 segundos. A la par de un Cayenne Turbo GT o un Urus Performante. A fondo este Cavallino Rampante galopará hasta rozar los 310 km/h.
Agilidad de supercar
Antes de ir al interior, es importante resaltar otros aspectos mecánicos y estéticos de este “purasangre”. Ferrari quiso incorporar un corte suave a todo el auto, explicando el ángulo de su capó, el techo bajo y lo curvilíneo de su cabina. Trucos como difusores, ductos de aire y alerones mantienen a este Ferrari bien pegado a la tierra. Enormes cauchos y rines de 22 y 23 pulgadas ayudan con esta tarea.
No solo eso, la suspensión activa con tecnología de Multimatic mantiene la estabilidad del Purosangue en las curvas. ¿Quién lo diría? Un crossover o SUV con la maniobrabilidad de un cupé o hatchback. El control de tracción, asistencias electrónicas y frenos “by-wire” desarrollados con Bosch permiten que este Cavallino no pierda el control con facilidad.
Opulento y práctico
Hora de ascender a la cabina, con ayuda de las puertas suicidas eléctricas en la parte de atrás. Puede que este vehículo mida 4.9 m de largo, pero su altura es de apenas 1.58 m, ubicándolo en un territorio similar a un Kia EV6. Solo que aquí la posición de los ocupantes es más baja, y hay espacio apenas para cuatro. Aunque los niveles de confort están por las nubes.
Todas las sillas tipo cubo son eléctricas, y el tablero en particular tiene un diseño que recuerda al de un Corvette C2 Sting Ray, con zonas dedicadas al conductor y pasajero. Este último recibe una pantalla de 10.2” para el solo, con el entretenimiento necesario. No hay navegación, ya que Ferrari prefiere que los dueños del Purosangue oigan el cantar del V12 y usen Apple Car Play o Android Auto, y no se distraigan con tonterías como una pantalla central.
El sonido está firmado por Burmester, todas las superficies son en alcántara y materiales de origen sostenible, y el baúl de 473 litros tiene apertura y cierre eléctricos. En esencia, este es el Ferrari más práctico que el dinero puede comprar, siempre y cuando tenga $400.000 USD. Eso sin contar toda la personalización y extras que ofrece Ferrari. ¿Tanto ruido lo vale? Dejamos que usted decida si su diseño divisivo es digno del Cavallino Rampante. Aunque seguramente venderá bastante bien, si otros fabricantes como Rolls-Royce o Bentley sirven de ejemplo.