Cuando pensamos que el siguiente lanzamiento sería aquel Škoda compacto que también llegaría a Latinoamérica como modelo de Volkswagen, la casa checa nos sorprende con esto: el Elroq eléctrico.
Cuarto modelo con propulsión 100% electrica de la marca, luego del Citigo, Enyaq y Epiq, Škoda mantiene esa nomenclatura de letra E al inicio y Q al final para sus modelos eléctricos. No sólo el Elroq usa el nuevo lenguaje de diseño de Škoda, inspirado en el Vision 7S Concept, con la aspiración de ser un eléctrico muy asequible por su tamaño y segmento.
El modelo asequible y eléctrico del Grupo Volkswagen
Škoda ubica al Elroq de 4,4 metros de largo en los 30.000 euros, bastante bien para un eléctrico de su tipo. No es un secreto que Škoda puede considerarse la marca «asequible o budget friendly» en el Grupo Volkswagen y está bien. Por algo ellos son quiénes lideran el desarrollo de motores a combustión.
Para ello usará los fundamentos del Volkswagen ID.4, con configuraciones de uno o dos motores, esta última planeada a futuro. Todo inicia con un modelo básico de 167 hp y baterías de 50 kWh para una movilidad urbana de 370 a 380 km. Los 201 hp traen una batería de 63 kWh para 400 km de rango y el tope de gama entrega 282 hp junto a una batería de 82 kWh con jugo para unos 580 km.
Nada del otro mundo, pero con variedad para alcanzar ese precio de 30.000 euros.
Apariencia sutil
Donde brilla el Elroq es en lo desapercibido que es su apariencia, a la vez que es aerodinámico y lleno de cosas interesantes. Su frente con una placa negra esconde la cámara y sensores, sin lucir fuera de sitio. El coeficiente de resistencia es de 0,26 cx, gracias a rines aerodinámicos, una carrocería llena de bordes suaves, rejillas activas y otras soluciones inteligentes para desplazar mejor el aire.
A comparación del VW ID.4, el Škoda Elroq luce sencillo, sin pretensiones a la vez que no descuida su estilo. Ciertamente se ve más elegante a pesar de la simpleza y detalles curiosos incluyen el logo en letras que Škoda renovó hace poco, en vez del eterno logo redondo que tenía la marca.
Si no supiéramos que es eléctrico, pensaríamos que es otro modelo a combustión, un crossover bien terminado para las masas y es algo que está bien. Cierto público concreto aprecia algo así, así el resto señale su naturaleza eléctrica.
Los detalles que salen a relucir
Pasando a la cabina, aunque reluce la influencia de Volkswagen, Škoda prevalece con detalles curiosos y funcionales. Lastimosamente la enorme pantalla de 13″ con ChatGPT es inevitable, pero no está rodeada en un mar de negro genérico.
Prevalecen los botones físicos a lo largo del interior, junto a un pequeño clúster de información nada intrusivo, acentos blancos, verdes y naranjas al igual que materiales orgánicos o reciclados. Típico de Škoda, tenemos easter eggs como un pica hielo y medidor de profundidad en la parte trasera y una sombrilla en la puerta. Todo haciendo del habitáculo para cinco algo más acogedor.
El Elroq entra con argumentos de simpleza y encanto al segmento eléctrico que, Škoda pretende, lo separe incluso de sus hermanos Volkswagen. Aunque volviendo a una idea anterior, el Elroq funcionaria bien como una plataforma doble para motores híbridos para las masas y eléctricos para los más dedicados.